Hoy amaneció el día muy tristón. Por solidaridad con los humanos y por lo que está sucediendo en el mundo. Se ve que ayer las nubes, el agua, el sol y la luna se reunieron para ver la forma que tenían de que en España las personas vieran que no podrían salir a la calle ya que el día estaba lluvioso y frío.
De esta forma el fin de semana seria más llevadero.
He estado toda la semana con una incertidumbre tremenda. Incertidumbre porque no sabia si con la documentación que tenía para justificar el viaje sería suficiente.
No se nos ocurrió hablar con el Señor Alcalde del pueblo.
Le llamó Antonio por teléfono y dijo el problema que teníamos.
Mi padre es una persona dependiente y los fines de semana no hay servicio de
ayuda a domicilio. Le envió un archivo que imprimimos y con esto y la documentación de la Consejería de Bienestar Social de Castilla la Mancha vinimos más tranquilos.
A veces nos cerramos y no pensamos que con la verdad se llega a todos los sitios.
Bueno pues estamos aquí pasando el fin de semana cubriendo las necesidades que tiene una persona de 88 años.
De los nervios y el estrés que me ha producido durante toda la semana, en mi estomago se hizo un tapón que me impedía comer. Me he pesado y he perdido tres kilos en esta semana.
Hoy he comido mejor y esta noche he dormido no las ocho horas que normalmente duermo, pero la cabeza sí me ha descansado.
Ayer estuve todo el día con manzanilla y miel. Una natillas y un yogur. Y los demás días de la semana más o menos igual.
Hoy desayune una manzanilla y he comido un platito de cocido.
Aun sigo con el tapón en el estómagos pero creo que se ha aflojado un poco.
Esta tarde ha salido el sol. Mi padre quería salir. No entiende que no se pueda salir. Le he dicho que si salimos se pone él en peligro y ponemos a los demás incluido Antonio y yo. Le he dicho que hay un virus muy peligroso que nos puede matar. Tonterías dice.
Se lo expliquemos como se lo expliquemos no lo entiende.
La mañana se pasa mejor porque le ducho, desayuna, anda de vez en cuando por casa. Jugamos al dominó. Enseguida dan las trece horas. Come, le ayudo a echarse la siesta. Después comemos nosotros y por fin podemos quitarnos la mascarilla y los guantes. Qué descanso.
Ayer cuando llegamos me preguntaba que porque todos menos él tenemos mascarilla y guantes. Le dije lo del virus pero se quedó igual.
Su cabeza no entiende esto del virus. También es que creo que no nos entiende al hablar con la mascarilla puesta.
Él lleva sonotone y nos lee mucho los labios.
Esperemos que esto pase pronto y haga el menor daño posible.
Mi más sentido pésame a todas las familias que han perdido un ser querido.
Mi agradecimiento eterno para los/las sanitarios/as.
Policías, ejercito, a todos y cada uno de ellos. Camioneros, limpiadoras/res
Voluntarios y voluntarias que hacen mejor la vida de quienes los necesitan. A las personas de ayuda a domicilio que cuidan de los enfermos y abuelos/las.