Tercer día de confinamiento.

Aquí estamos llevándolo lo mejor que podemos. Salgo una sola vez hacer compra de comida y limpieza. Un día compro para mí, y otro para llevarle a mi padre para toda la semana.

Las calles están fantasmales porque salgo a primera hora de la mañana, para encontrarme con las mínimas personas. Para mí no es duro porque estoy  acostumbrada a estar prácticamente todo el día sola. Ahora mejor porque Antonio le han cambiado el horario y llega antes a casa del trabajo.

Cada día me hago quince kilómetros en la bici de casa.  El día es muy largo y nada más levantarme me tomo un vaso de agua templada  y echo el zumo de medio limón , puse miel  por equivocación, pero es limón,  y a la bici a pedalear  y mientras tanto a ver la tele. Después de la bici me hago una manzanilla calentita con miel. Me voy a comprar. Vuelvo de la compra, quito mascarilla y guantes y me lavo las manos. Me hago una tostada con tomate y aceite y un vaso de leche. 

vuelvo a lavar las manos.

Como no puedo salir el tiempo que estaba en el parque hago otros cinco kilómetros. Hoy limpie la casa con lejía. Pero creo que me pasé con la lejía y tuve que tener un par de horas la ventana abierta para que se fuera el olor tan fuerte. Leo, estoy un buen rato  en los blogs o un libro.  Dedico tiempo haciéndome mascarillas de tela con patrones que he bajado de la red. Las primeras mascarillas que compré en la farmacia me costaron tres euros con cincuenta céntimos. Después me compró Antonio dos en Madrid Centro, cuatro euros cada una. El jueves me compró dos más y ya las subieron a nueve euros. He decidido hacerme mis mascarillas de tela. Cuando tenga terminadas las subiré. 

Cada día a las ocho de la tarde me emociono al salir a la terraza.  Entro después de tocar las palmas y de escuchar el sonido de montones de manos infantiles y adultas, entro a casa llorando aunque fuera tocando  las palmas  también me emociona. Jamás pensé escuchar tantas palmas a la vez para agradecer a los sanitarios y a todas las personas que velan por nuestras salud este gesto que parece un gesto tonto, pero anima mucho al personal que está dando todo lo que puede y más por ayudarnos a cuidar la salud.

Es increíble como respondemos las personas cuando nuestra salud puede ser afectada.

Ya me he serenado porque sé que si estamos sanos podremos seguir yendo los viernes a atender a mi padre. No obstante me traje los papeles de la Consejería de Bienestar Social de Castilla la Mancha donde pone la dependencia que tiene mi padre, y las  horas concedidas de ayuda a domicilio. Horas que son de lunes a viernes. Viernes por la tarde, sábados y domingos  somos nosotros quienes nos ocupamos del aseo, alimentos, medicamentos y de más necesidades de mi padre.

De todo esto que nos está pasando al mundo entero, creo que es una buena lección que nadie está a salvo aunque se tenga mucho dinero, poco, o nada. que no es tanto tienes tanto vales, no, todos podemos enfermar porque los virus no saben de la economía de las personas ni de si tienen cultura o no la tienen.  

No me enrollo más  a cuidaros y cuidar en medio ambiente que es lo mejor que tenemos para poder respirar limpio. Aplausos para todos y cada uno de los pobladores de la tierra.
Vuelvo a escribir porque terminamos de cenar y de nuevo a la bici.