Este fin de semana ha sido muy movidito en personas. Mi padre alucinaba al ver tantas persona pasear por el pueblo y por los mismos lugares donde prácticamente durante un año hemos estados solos. Pregunte a las personas y me dijeron que venían en excursión de Madrid a visitar el pueblo. Llevaban un guía que es el joven que está en la Oficina de Turismo. Le escuché que les decía algo sobre los escobones. Se agradece el bullicio ya que hemos estado mucho tiempo con tanto silencio que los pajarillos eran como una música de violines que nos alegraban los paseo.
Nosotros de momento iremos al campo y no nos mezclaremos con las personas, solamente con los amigos como hasta ahora. De ir a la plaza y los bares o restaurantes de momento no tengo pensado. aun solo tenemos la mitad de la vacuna, no estamos al 100% inmunizados.
Ciruelo creciendo con el sol y el agua con garrafa y goteo que ha preparado Antonio.
Lechugas silvestres. Ahora que sé lo que es, podré comer cuando sean chiquitinas. Gracias al programa que me bajé de PlantNet recomendado por Francisco. Yo pensaba que esto era diente de león pero se ve que es una lechuga silvestre.
Pistachero con pistachitos bebés
Cornicabra injertada de pistachero. Antonio tiene ganas de recolectar pistachos porque sabe que a mí me gustan mucho, también a él.
El sol y el agua hacen crecer las verduras y pronto habrá calabacines a tutiplén.
Calabacín chiquitin.
Trepan las judías verdes y trepan las tomateras por estacas más pequeñas.
Cada vez que miro las brevas se me hace la boca agua y comienzo a ensalivar
Está precioso el huerto gracias a Antonio que es donde pasa el mayor tiempo cuidándolo y desestresándose de la jornada semanal en su trabajo.
Primera vez que este año ha regado las patatas con agua de la alberca. Agua caída del cielo.
El ciempiés fue más rápido que yo y se metió en la tierra. Venía huyendo del agua. aun así se le ve medio cuerpo antes de entrar entero en la tierra. Para poder ver se tiene que dar a la foto y se hace más grande.
Las lechugas creciendo mientras toman el sol.
Nos hemos traído lechugas para toda la semana para las cenas. Una buena ensalada para la cena y se anda más ligero que las lechugas jajajaja.
Sentada escuchando el sonido del campo.
Agua recogida de la lluvia.
Montón de hierba segada secándose al sol
Más agua recogida del canalón y envasada para regar árboles cuando sea necesario.
Cambio de calzado una vez terminado de recolectar acelgas y algunas verduras más
Burritos tomando el sol
Lo acaricie y di hierba que ahora hay mucha.
Son grandes pero tranquilos y no son dañinos.
Burritos descansando, estos burritos los tienen ahí para que se hagan compañía y descansen del trabajo que hicieron años atrás. Creo que si no hubiera personas que los rescatan y cuidan al final se extinguirían y se olvidarían que fueron una buena herramienta para quitar esfuerzo a los humanos.
Amiga eres una privilegiada de vivir en un entorno de tal naturaleza y comer productos de la tierra. Y es cierto que después de un tiempo sin`ver mucha personas da alegría ver el pueblo repleto de vida. Un fuerte abrazo y feliz semana.
ResponderEliminarQué lustroso está el huerto, y qué felices los animalitos,es una delicia tanta tranquilidad.
ResponderEliminarBesos.
El turismo está bien si no crece demasiado.
ResponderEliminarEspero que no os agobie.
Con una dosis ya se está muy inmunizado, con la segundo un poco más... pero al cien por cien nunca lo estarás.
Hay gente que ha muerto de Covid y tenía la dosis completa de vacunación.
No esperes la seguridad absoluta porque no existe.
Besos.
Excelente paseo, como siempre ya se hace un hábito que ingreso a tu blog.
ResponderEliminarTodo muy lindo, y que bonito final con los burros.
Abrazo
Prefiero el campo al paseo por el pueblo, nunca había visto pistachos fuera de la bolsa jeje. lo demás lo conozco, lo he visto no entiendo pero alguna verdura he recogido, hasta he comido flor de calabacín. Gracias por la invitación porque me ha encantado recordar algunos momentos y aprender. Abrazossss
ResponderEliminarLa verdad,que privilegio y que maravilla tanta naturaleza y ese huerto que me encanta.Vivir en un pueblo así tiene muchas ventajas y al mismo tiempo alejarse de tanta masificación y de posibilidades de contagio.
ResponderEliminarLa gente vuelve a salir de visita.Lo importante es que respeten el entorno y las normas.
Saludos Isa.
Me alegro que el pueblo reviva con nuevas visitas y recupere su economía, Isa. El huerto es una auténtica alegría, todo va brotando y dando su fruto. El trabajo y la ilusión son recompensados. Esos burritos son felices de veros cerca, amiga.
ResponderEliminarMi abrazo agradecido por tus hermosas e inspiradoras fotos.
Me da gusto que se reactive la economía y la vida, me sorprende amiga, noto que sabes mucho de cultivo y plantas, yo poco se de eso la verdad, pero mi papa también sabe bastante, se crió en un rancho, a mi ya me toco nacer en la ciudad aunque no es escusa para aprender.
ResponderEliminarUn abrazo Isa.
É um previlégio viver em permanente contacto com a natureza, cuidando da terra e seus preciosos frutos e plantas. Assim se dinamiza a economia, se desenvolve a região e noa libertamos das multidões que ocupam as cidades. Nos permite também um diálogo com a natureza, escutando a deliciosa melodia do silêncio!
ResponderEliminarUn abrazo, Isa!
Nos invadennnn los madrileños jajaajjajaaja, qué fotos más chulas y prestosas la de los burrines.
ResponderEliminarAbrazote utópico.-
Sería todo un suceso, la invasión de turistas. ES que es hermoso tu pueblo, Isa. Las fotos que tomas lo dicen, y más cuando el huerto y las vecindades son motivo de ellas. Hablan de la tranquilidad de una comunidad. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarMe gusta mucho el pueblo Isa, es muy bonito sobre todo con esa paz que hace tanta falta.
ResponderEliminarUn abrazo