Como cada viernes celebramos la ceremonia de ir al pueblo para cuidar de mi padre, pues los fines de semana no tiene ayuda a domicilio y tampoco la otra ayuda que lo saca de paseo y da ayudas.
Este viernes tuvimos algo inesperado. No, no fue nada grato pero sucedió. Alguna vez nos tenia que tocar de ponernos nerviosos, aunque yo me pongo con poca cosas que suceda a mi alrededor. Íbamos tan tranquilos por la carretera, a 120 kilometro por hora, y de pronto el coche suelta un pitido estridente y sale en el un recuadro un aviso que está averiado y a punto de romperse el motor. Hizo un movimiento brusco pero no sé si fue el coche o fue Antonio por el susto. Frenó y comenzamos a ir más despacio. Me dijo que le buscara en su contactos al mecánico que nos hace la revisión a los dos coches, eso sí, con el manos libre que se oye de maravilla a través del coche. El mecánico le dijo que parara el coche y lo volviera a arrancar . Yo le dije que no lo parara que tal vez después no arrancara. Despacio, pisando huevos por la autovía fuimos avanzando en el camino, sin problema. Al meter la cuarta vibraba mucho. En tercera cariño le dije. Así llegamos al pueblo. Íbamos cagados, los dos cagados de miedo y sin rechistar. Si llamábamos a la grúa, el viaje se retrasaba y mi padre nos estaba esperando y se pondría nervioso para darle un infarto. Casualmente esa mañana en el pueblo pusieron la vacuna a los mayores de ochenta años hasta los noventa y cinco. Si se rompe el motor mala suerte pero tira sin parar, le dije Antonio. Subió las cuestas tranquilito. Creo que si en esos momentos nos pinchan no nos sale la sangre porque por dentro se nos quedó todo parado. Creo que no nos latía el corazón. Nuestras bocas estaban secas como la mojama, el culete lo llevábamos bien apretado. Cuando llegamos al puente primero comencé a respirar. Jajajajaja, creo que íbamos los dos sin respirar ni nada para que el coche no tuviera que hacer más esfuerzos de los necesarios. Una vez llegamos a la puerta del taller, ya sí que nos liberamos y respiramos profundo. Me dejó allí Antonio y subió al garaje a por el otro coche viejo del campo para cambiar la nevera llena de comida y las cosas que llevamos para dejarle comida a mi padre para toda la semana.
Llamó al seguro y nos trajo un taxi a casa el domingo y el viernes nos llevará otro al pueblo para recoger el coche del taller. Habrá que ir pensando en comprar otro coche porque este ya tiene diez años y su primera avería.
Por cierto, recomiendo el He quitado el nombre de la compañía de seguros porque no nos va a mandar el mismo taxi que nos trajo que era amplio y de un chico del pueblo. Fuera seguro, no lo contrateis. Ya llevamos muchos años con ellos y de momento no hemos tenido ningún problema ni con este coche ni con el otro coche que nos robaron, y nos dejaron uno de sustitución durante un mes hasta que compramos este que tenemos ahora.
Después de echar la parrafada voy a poner fotos del sábado por la tarde.
Una piedra con huellas, y son huellas muy grandes. Tal vez sea de una dinosaurio enorme.
A esos no se les rompe el motor y son mas bonitos que un coche. Menos mal que todo acabó bien. Un abrazuco
ResponderEliminarNo, Ester, a estos no se les rompe el motor, por su puesto son más bonitos, mucho másssssss. Jajajaja, sería bueno hacer los viajes a caballo. Antaño, mi abuelos intercambiaban alimentos (hacía trueque) en otros pueblos de los alrededores. Iban con una burrilla cargados de quesos y conejos. Todo esto me lo cuenta mi padre en las horas que tiene ganas de hablar.
EliminarAbrazos
Buenos días hija mía menos mal que no os paso nada . El coche se repara o como dices cuando se pueda se compra otro. Las imágenes son preciosas a parte transmiten una paz y tranquilidad. Bueno una anécdota más por contar. Un besote grande.
ResponderEliminarGracias Campirela. Así es, si siguen averías otro y ya está. Me enamoran los caballos y el paisaje. Me gusta lo que a mí me hace feliz, exponerlo para que les haga felices a más personas.
EliminarAbrazos
Muy bonitos los caballos.
ResponderEliminarQuizás haya arreglo para avería y no necesitéis comprar coche nuevo.
Es triste esos destrozos del granizo.
Un fuerte abrazo.
Gracias Amapola. Lo malo es que cuando comienza la primera avería, vienen todas seguidas y si estuviéramos los dos solos, no hay problema, pero necesitamos el coche para ir cada viernes a atender a mi padre. Ya se irá viendo poco a poco.
EliminarAbrazoss
ISA, puedo entender lo del coche, nos ha pasado varias veces, menos mal que luego ha tenido arreglo, pero realmente se pasa mal y el camino es interminable,amiga.
ResponderEliminarLas fotos son preciosas y se agradecen. Siento lo de la granizada, también yo estoy al tanto, mi hermano lleva las tierras de mi padre y las tormentas pueden hacer daño, mucho daño...ESPERO QUE TODO SE ARREGLE Y TENGÁIS COCHE Y HUERTO EN CONDICIONES, AMIGA.
Mi abrazo entrañable y abrileño.
Gracias María Jesús. Todo lo material se puede reemplazar, las plantas también, pero las vidas no. Afortunadamente son solo cosas materiales que tienen solución, es más el susto que te llevas, que lo supone volver a reponer.
EliminarAbrazos
Mejor ir a caballo... no hay que hacer revisiones ni te dan sustos como esos.
ResponderEliminarQué fotos tan chulas.
Besos.
Gracias Torito. Lo malo es que solo se puede ir con varios caballos que tienen los coches :-)
EliminarMe alegro que te gusten las fotos. Gracias.
Besos
"Creo que si en esos momentos nos pinchan no nos sale la sangre porque por dentro se nos quedó todo parado..." Lo has descrito TAN BIEN que lo he podido vivir con todo detalle y susto... Menos mal que todo se arregló :)
ResponderEliminarTus campos y paisajes son preciosos... que sana envidia me da ese huertecito... tan cuidado, tan llenito de manjares. Espero que muchas de tus verduras se recuperen, seguro que sí, con el cariño que les dáis...
Me encanta vivir contigo el campo.
Un besest alacantí :)
Gracias Volarela. Me alegro que te guste, ya ha plantado Antonio nuevas plantas y seguro que tendrán fuerza y datan verduras ricas.
EliminarAbrazos
Que bueno que no paso a mayores amiga Ida, cuidense mucho.
ResponderEliminarLindos caballos están preciosos y las demás fotos una maravilla.
Me alegro llegaran sanos y a salvo.
Gracias Jorge, me alegro que te gusten las fotos.
EliminarAbrazos
Después del susto, por las imágenes, ya veo que os habéis relajado y me alegra. Por fortuna no tuvisteis ningún percance, así que siempre hay motivos para dar gracias.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias Francisco. El campo te alivia de todas las cosas duras. Su belleza nos limpia y nos deja preparados para siguientes combates.
EliminarAbrazos
Todo tuvo un final feliz. Ahora a seguir con el huerto que me imagino que da bastante faena.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias Pitt, sí, no fue a mayores la cosa. El huerto da faena pero es un hobby para Antonio y luego encima tienes alimentos ecológicos. Le desestresa del trabajo durante la semana.
EliminarAbrazos
Eres privilegiada por vivir entre tanta naturaleza, aunque sea los fines de semana.
ResponderEliminarUn beso
Isa, pues se dieron su buen susto. Pero llegaron, para este ramillete de fotos de tu pueblo que me fascinan. Un abrazo. carlos
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