El mundo es un despojo de miedos y lamentos. Este bicho furtivo, que no se le ve, es muy dañino, nos está llevando a la ruina emocional, también a la económica.
Quien hubiera pensado, años pasados, que éramos tan vulnerables. Nadie nos imaginábamos que perderíamos la sonrisa de los labios y también la sonrisa de los ojos. Que una cosa tan pequeñita, más que el filamento de un pelo podría hacernos la guerra. Pues ahí la tenemos. Pequeña pero matona.
Digo yo que antaño, cuando aun existían las cavernas, ¿habría algún bicho de estos?. Tal vez esas personas que caminaban descalzas y comían carnes crudas no tuvieran este tipo de enfermedades. Posiblemente morirían de frio, o comidos por bestias. Ellos aun no tenían medicinas pero se proveían de hierbas.
Por un momento regreso a la era de las cavernas y me veo con un atuendo que me tapa la mitad del cuerpo a modo de triangulo. Un pecho cubierto, el otro al aire. Creo que es una piel de pantera o leopardo anudada arriba en el cuello. Llevo un palo muy fuerte como el Rey de Bastos. Eso sí, yo no llevo corona. El pelo revuelto, largo y sucio., la cara mugrienta y me asoman algún que otro moco por la nariz. Mis piernas son cortas pero fuertes. Con una buena molla atrás, esto es por comer mucha carne. La carne la comíamos cruda cuando no podíamos hacer fuego con dos piedras, he de decir que eran las menos veces, siempre había una mujer con mucha maña que tenía el fuego preparado durante todo el día. Igual se quemaban los huesos de animales cuando ya no servían como armas, que las ramas y moñigos de otros animales. Incluso nuestras propias mierdas una vez secas eran quemadas para iniciar el fuego y hacer la llama para calentarnos o asar carne.
Los inviernos eran crudo, cuando la nieve hacia su aparición, salíamos poco de la cueva. Las mujeres pintábamos los techos y paredes de la cavidad, plasmábamos nuestras manos, pintábamos los caballos salvajes. Las pinturas las cogíamos del campo, de algunas hierbas que daban color y almacenábamos una vez secas. Con las bayas de sauco se pintaban animales color vino y las manos quedaban pintadas por los siglos.
El sexo se tenía cuando el hombre rudo quería. Nunca se apareaba con una mujer, tenía varias. Cuando las hijas eran crecidas también se apareaban con ellas. Ejercían la brutalidad y cuando las ganas apretaban a cuatro patas nos montaban. Justo cuando empezábamos a sentir gusto, él se apeaba y todo terminado.
No había covid-19, pero el placer tampoco lo conocíamos porque el hombre era rudo y bruto, posesivo y animal.
Ahora, en estos tiempos que vivimos, tenemos de todo. Amor, abrazos, besos, sexo compartido y placentero. Casa, calor, alimentos, viajes, fiestas, pero también tenemos enfermedades.
En estos momentos todo eso ya no lo tenemos. El covid-19 se lo llevó. Nos lo robó y estamos esperando que otro bicho más potente y menos dañino, se coma al covid-19 y nos devuelva las fiestas, los abrazos, besos y viajes :-) y el trabajo. La economía que también la estamos perdiendo.
Lo que hace el aburrimiento jajajaja.
Me voy a comprar que hoy el día está nublado.
Tenía pensado ir con una amiga al mercadillo, pero mi barrio está confinado. El barrio de ella no, pero el mío sí :-( La segunda quincena que no podemos ir a otros barrios. Se ve que en mi barrio somos un caso.
Aunque triste la realidad actual, tú nos la has hecho olvidar un poco, llevándonos hacia tu original y graciosa manera de ver al hombre primitivo. Me encantó cómo te has visto, ja, ja, con la piel de pantera y el palo de bastos... ¡Muy divertido! :).
ResponderEliminarUn abrazo grande :)
Ahora valoro más todo lo que viví sin restricciones.
ResponderEliminarMe apena la gente joven... mal futuro para veo para todos.
Besos.
Para que todo esto nos sirva para dar más valor a las pequeñas cosas, como un paseo, una sonrisa, un abrazo, así que en el fondo, no está tan mal lo que está pasando, es como un escarmiento a este mundo que lo hemos transformado en materialista, creo que nos servirá de escarmiento.
ResponderEliminarBesos enormes.
Cómo nos deja espacio para rumiar la existencia. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminar¡Qué delicia de relato, Isa, y qué divertido! Me alegro que le hayas dado la vuelta a esta situación por la que atrevesamos y la hayas convertido en una fiesta de trogloditas. ¡Genial!
ResponderEliminarUn abrazo.
Me has asustado con el relato de aquellos hombres, eso seria hace años, muchos años. Parece según tu historia que bien, bien no estamos casi nunca, he leído que tambien hay gripe aviar... y puede pasar alguna otra cosa, así que tu vete a comprar y pensemos en cosas agradables. Y encima aparece el puñetero Captcha
ResponderEliminarNo te preocupes, tarde temprano volverá todo a ser como era o quizás es mejor que no vuelva a ser como era y así vendrán más pandemías hemos de empezar a cuidar del planeta porque la Naturaleza vendrá a poner las cosas en su sitio.
ResponderEliminarIsa, has conseguido llevarnos miles de años atrás con todas las carencias que tenían. Hoy estamos en el siglo XXI, pero vuelven los miedos antiguos aunque tengamos calidad de vida, más tecnología y más conocimientos. De nuevo nos sentimos indefensos y limitados. Quizá necesitábamos todo esto para valorar la vida y la naturaleza,tener más humildad y más respeto y valores humanos.
ResponderEliminarDe todas formas todo pasa y evoluciona, confiemos en ello, nos hará bien, amiga.
Mi abrazo y mi ánimo, amiga.
Una buena reflexión , lo describes bien, hay que llenar el corazón de calma y esperanza ante esta situación, ojala pase pronto, cuídate mucho amiga
ResponderEliminarAhora es cuando empezamos
ResponderEliminara valorar todo lo que teníamos,
y hasta cuando sera, me agrado
tu relato mi amiga.
Besitos dulces
Siby
Es nmormal verlo todo negro, cuando las noticias no dejan de ser alarmantes.
ResponderEliminarAhora, no se puede disfrutar de la calle y de todo aquello que nos hacía disfrutar...la vida nos ha cambiado mucho y hay mucho miedo en el cuerpo.
Besos
No sé cómo serían en la época de las cavernas, al vez no fueran tan rudos como pensábamos o monógamos.
ResponderEliminar¿ Por qué iban a hacer arte si eran tan brutos?
No lo sé.
Ahora también hay mucha brutalidad .
Emocionalmente es verdad que nos afecta, como si fuera una guerra, lleva de devastación y pareciera hacer florecer miseria y pobreza, y da miedo...
Besos.
Somos vulnerables y frágiles.