Seguro que este plato supo mucho de lo que se comía en la casa.
Tal vez vio ojos hambrientos y estómagos sin poder saciarse.
No sé los años que tienen los platos, pero más de cien seguro.
Aquí se comieron sopas y patatas viudas. Los más espabilados comían más y el que era más remilgoso, le tocaba poco.
Estas dos tazas y jarra de leche son antiguas de verdad. Seguro que pasaron de una familia a otra. Ahora lucen en la casa de mi padre. Fue de sus padres y seguro que ellos lo heredaron de sus padres.
Estos pucheritos sé que son de mi madre. Los más pequeños eran para calentarnos la leche a mi hermano y a mí.
Taza del ajuar de mi madre.
Juego de café del ajuar de mi madre.
Frutero del ajuar de mi madre
Este jarrón no sé si lo compré o es también del ajuar de mi madre.
Puchero donde se hacía antes el cocido a la lumbre. Yo en alguna ocasión también lo he usado para este menester.
Perchero antiguo aun útil.
Tiene más de sesenta años.
Me despierta ternura... ay..., si pudieran hablar y contar todo lo que saben.
ResponderEliminarBesos.
¡Qué jugo tan sabroso le has sacado a esos útiles que sirvieron a tus antepasados! Tan solo verlos me sugieren las historias propias, la estricta rigidez de una vida muchísimo más austera, pero vida a fin de cuentas en todo su valor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Preciosas antiguedades que callan, pero son muy elocuentes y nos cuentan en silencio muchas cosas. El trabajo, la constancia y el amor de los antepasados, que nos cuidaron con mucho cariño y poe ello siguen ahí con nosotros. También yo guardo muchos objetos de mis padres y abuelos, Isa. Mirarlos me produce mucha nostalgia y gratitud.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz semana, amiga.
ISA
ResponderEliminarCuantos secretos, tramas, misterios, y recuerdos, estarán escondidos entre todas las presentaciones que entregas, saberlo, conocer sus historias, y rescatar personajes, sería un, " volver a vivir ".
Un gusto acompañarte.
Te dejo un saludo.
LÚCAS
En ese bello y hermoso puchero artesanal, por aquí se hacía la chicha, o el guarapo. Hoy ya pocos los ve, porque hasta en el campo han desparecido. Qué bello¡ que conserves todo este juego de objetos, tan próximos a la familia, y que al conservarlos nos permiten una nostalgia, en esa mirada de los brasileros y sus saudades. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarEl juego de café es precioso! Gracias por traer estos recuerdos de momentos compartidos en familia, con nuestros abuelos. Un beso
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