Desde el banco...

Desde el banco donde descansamos  cuando saco de paseo a mi padre, el trasiego de personas que van de paseo es muy seguido.

Este banco de madera es como el mejor trono para disfrutar de idas y vueltas de los viandantes.

Casi todas las personas nos saludan. Las de edad más avanzada a mi padre, adolescentes casi ninguno saluda, tal vez algunos. Los de mi edad a mi padre y a mí y otros más jóvenes sin yo conocer sus nombres me saludan con un  hola Isa.  Los que vienen o van al campo en coche, casi todos con la mano y una sonrisa.

Los caballos qeu pasan con sus dueños también saludan. No dan las buenas tardes ni los buenos días, pero sí nos miran y baja su cabeza haciendo una reverencia.

A veces por mi cabeza pasan pensamientos raros y me hago algunas preguntas.

¿Como siendo tan fuertes y altos, teniendo tanta energía se dejan mandar por el hombre?. Habrá personas que los traten muy bien y ellos a cambio colaboran y se dejan amansar. Pero igualmente habrá personas que lo traten mal y si ellos, los caballos quisieran, fueran malvados con una coz o un cabezazo  podría hacer añicos al hombre que los maltrata.

El caballo es el ser más noble que pueda haber.

Soy afortunada de poder ver estas bellezas de animales pasar tan cerca.

Este joven llevaba tres caballos a  otro lugar porque ya se había comido el pasto donde lo tenían. Iban camino de la sierra qeu hay mucha hierba fresca. Tal vez algún prado cercano en donde el rocío de la mañana riega la hierba y la mantiene fresca y verde. 

Que belleza de animales. Me encanta acariciarlos y verlos como caminan con ese poderío que les caracteriza. 

Este es el espectáculo que cada fin de semana vemos sentados en nuestras butacas en primera línea del escenario.   Es gratis y muy satisfactorio ver como la libertad también es para que los animales caminen y disfruten del entorno. 

Pistachera con pistachos. No sé si cuajarán bien o se secarán como el año pasado. Estaremos  atentos  a ver que sucede. Foto tomada por mi compañero, yo no fui al campo porque el sábado por la tarde había tormenta de agua y truenos.

Hoy tempranito estuve leyendo en el libro de las adivinanzas. Voy a poner una adivinanza cada día.

una,  dos  o tres

No ganóse en una hora

dicen romances antiguos,

del Duero villa señora,

ciudad antigua de siglos.

Otra más 

Un bichito verde 

sobre la pared,

corre que te corre,

busca qué comer.

 Vamos a por otra adivinanza

Soy pequeño y alargado

y en dos conchas colocado,

como no puedo nadar,

me pego a rocas del mar.