Calor, llegó el verano y con ello los sudores

Calor, llegó el verano y con ello los sudores. 

Del abrigo pasamos al bañador. 

De la calefacción caliente al aire acondicionado.

El mundo ha perdido el norte. 

El planeta  y los que lo habitamos estamos  atontados.

A ver si este calor ahoga al maldito covid-19 

desaparece de la faz de la tierra 

para que nos podamos abrazar y besar como lo hacíamos antes.

El sábado cumplí sesenta años, 

lo escribo con letra porque parecen menos :-)

Aunque ahí están los llevo a cuestas. 

Firmaría por otros sesenta más.

Naturalmente según estoy ahora mismo. 

Qeu pueda pensar,

caminar, hacer el amor y sentir largos orgasmos.

 Que pueda seguir sintiendo y,

disfrutando  de los besos y abrazos.

 Que aun me estremezca cuando sus labios rocen los míos.

Que pueda ver amaneceres, también ocasos.

Que mi corazón siga latiendo,

mis pulmones se llenen de oxigeno,

tener todos los sentidos.

La mañana  del sábado como habitualmente hacemos cada sábado, salimos de paseo mi padre y yo.

Esa mañana  no pasaban muchas personas. 

Normalmetne van parejas y sobre todo grupos de amigas pero más por las tardes que por las mañanas.

Era una mañana fresca y de un viento suave.

Algunas nubes asomaban la cara allá cerca de la montaña.

Estábamos sentados en el banco. Un banco de madera que el Señor Alcalde puso ahí muy apropiado para hacer descansos y tomar la cuesta del camino con más fuerzas. 

Nosotros, ya hace tiempo uqe no subimos la cuesta porque mi padre dice qeu no puede.

Yo no le obligo poruqe sé que si él lo dice es cierto. Además lo veo.

La calle tranquila y mira tu por donde una señora culebra iba pegadita a la pared. 

Me levante y me puse a mirarla. La muy malona, se me encaró al ver el flash del móvil, naturalemente quise dejar constancia del hecho. Al ver que levantaba su cabeza y me seguia di un grito, uno dos o tres, y menos mal que pasaba por allí un chico jajajaja y la cogió del rabo, la dio un golpe y lanzó a un pajar lejos. 

Decía que no es bueno que haya culebras en el pueblo. 

Jooooo, seguro que si no pasa me había acorralado. Me dan grima las culebras pero yo muy osada  quise hacerle foto con el teléfono móvil.

Que valiente que fui porque es el único animal que me da miedo y me repugna, tambien las cucarachas y ratas.

Ni me lo creía. Y mi padre el pobre me decía pero quítate de ahí que te va a morder ja

Él si me hubiera atacado no podría haberme ayudado.

La verdad me acobarde un poco.

Pero mira otro regalo que me hicieron. En este caso fue la naturaleza para poder contar y subir estas fotos del encuentro con la culebra.

 Era como ver una película a cámara rápida. 

Estuve lugo toda la mañana pensando en la culebra.