lunes, 25 de febrero de 2019

Una bandada de pájaros surcaba el cielo

Llevaba muchos meses sin darme un paseo por el monte y aproveché que mi padre iba a estar dos horas echado la siesta. Después cuando volvieramos le sacaría de paseo.
 Tenía ganas de subir, respirar, sentir  el silencio y escuchar el ruido de las hojas y los  insectos que hay por el lugar. Sentada en una piedra mientras mi compañero miraba y ponía alimento de estimulación a las colmenas; a lo lejos comencé a escuchar  un ruido enorme. Parecía una jauría de perros enloquecidos peleando. Cada vez el sonido era más cercano y sinceramente comencé a tener miedo. 

El ruido se iba aproximando y era más agudo. Salí corriendo como alma que lleva el diablo para ir hacia el pajar donde estaba Antonio. Me paré para tomar aire, cuando  llegué a la pradera, el ruido estaba casi encima mío. Miré al cielo y era una bandada enorme de pajaros. No sé los que podían ir volando juntos y a la vez piando, pero para confundir una jauría de perros por el sonido que emiten los pájaros es porque el ruido era horrible ya que  parecían  endemoniados. Seguro  iban buscando lugares más cálidos. Respire profundo,  me relajé y saqué la cámara; ahí está la muestra del pánico que por un momento me entró.
Es increíble la mente como  puede confundirse cuando el miedo la acecha.

Más tranquila hice fotos a las flores de los almendros que tenemos en el pajar. 




















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