Son suaves en sus vuelos.
La delicadeza está escrita en sus genes.
Huidizas por naturaleza.
Sólo el viento sabe de sus vidas,
porque el viento siempre las acompaña.
Tienen ojos por todos los lados,
tan sólo el objetivo de una cámara, si es silenciosa,
puede ser más veloz que ellas.
Danzan de flor en flor sin música, ellas son pura melodía.
Son delicadas como las nubes de algodón.
Traviesas como las gotas de agua cuando caen veloces.
Tienen sus casas en riachuelos, arroyuelos y fuentes naturales.
Solo se dejan ver cuando tus movimientos son pausados.
Ellas te leen el pensamiento y saben si sólo quieres disfrutar de su belleza.
Intuyen tu miedo y ansiedad, se alejan.
Vuelven de nuevo para ver si te has calmado.
Si ansías cazarlas, no las volverás a ver, pues ellas saben lo que tu mente intenta hacer.
Son bellas criaturas que pululan en los ríos y embellecen los lugares.
Cuando hay muchas, son como hadas que en tu buen hacer te acompañan.
Se acercan poco a poco si te estás quiet@.
Se paran para que las contemples y darte una alegría si aprecian tu tristeza.
En su lenguaje llaman a otras libélulas para rodearte y te llenan de colores.
Inclusos las negras son bellas por naturaleza.
Si tu mente está preparada, puedes volar con ellas, ver sembrados de colores en los arroyos, riachuelos y fuentes naturales.
Esta foto es antigua. En esta época del año solemos subir a echarnos la siesta a la cascada, y contemplarlas en pleno vuelo. Como este año no puede ser, he tirado de fotos anteriores y he cambiado un poco las alas de la libélula.
ResponderEliminarMe encantaría tener su belleza y volar y volar como ella.
Los fines de semana libra el chico que tiene mi padre cuidandole y nos toca a nosotros. Aun no podemos dejarlo solo. El año que viene si todo está bien, iremos a visitar a las libélulas. Ojalá se acuerden de mi y se dejen fotografíar.
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