lunes, 21 de septiembre de 2020

Lluvia atormentada

El fin de semana ha llovido mucho y bien llovido.
Principalmente ha llovido por la noche cuando la gran mayoría de las personas duermen, o no están trabajando.
La berenjena  se puso muy contenta porque tenía mucho polvo de todo el verano. Ella como los demás productos del huerto recibieron una gran ducha fresquita. 

El pimiento decía más, quiero mássss, no pares, sigue sigue, no pares,...Este pimiento es algo verde, bueno muyyyyyyyyyy verde jajajaja.



La gota, agotada por la caída sin paracaídas, se agarro a la rama.

El agua estampó a las moras de moral en la corteza del árbol. que hizo una gran limpieza desterrándolas de las ramas y llevándolas casi al suelo.

Los olivos pedían con clemencia algo de humedad, aunque fuera una meadita de los Ángeles.
Creo que suspiraban de gusto al recibir agua fresca del cielo.

Salimos de paseo por el campo y este perrito bebía agua de la fuente.

Castaño encarcelado.
Es para que no se lo coman los animales y así pueda crecer y hacerse fuerte.

Las  castañas estaban secas en los castaños,  ni lágrimas tenían para desahogarse.

Árbol enfadado. Yo no le escuchaba gritar, pero me lo imagino, ya que la sequedad le hizo perder sus hojas. Perdió su vestido de seda color verde aceituna, con el que bailaba todas las noches con la luna. 
Incluso algunas estrellas que por San Lorenzo, con la lluvia de estrellas, se adhirieron a las hojas más grandes, fallecieron al caer al suelo ya que los insectos al ver su luz se las comieron.

Castaño con solera.
Este año las castañas en mi pueblo están aun muy chicas. Cuando no se alimentan no crecen. Esto creo que es lo que me pasó a mí. No crecí porque tuve poco alimento cuando lo necesitaba. 
El alimento y el cariño hace a las personas más grandes. Grandes de estatura.

Es curiosísimo ver los erizos aún sin  desarrollar. 
Más curioso aun cuando el erizo se abre y se ve la castaña reluciente y preciosa. Tienen un brillo impresionante.  

Bonitos pero no guardaban nada en su interior. 
No crecieron por dentro. 
Esto les pasa a muchas personas, tienen mucho cuerpo,  pero no crecen por dentro. 

Hermosa rama llena de erizos de castaña.


Mi pueblo desde otro   lugar.
Justo está tomada bajando por el camino de la Fuente Fría.

El cielo con nubarrones. Pero hizo un alto para que pudiéramos respirar y saborear la tarde del sábado. 

Árbol con los pelos de punta. Se le nota muy enfadado. Se secó y ya ni los pájaros quieren acariciarle.
Justo en ese momento hablaba con las nubes. Creo que las nubes lo consolaban. Él le decía piropos a las nubes esponjosas de algodón.

Rama seca del castaño. No aguantó sin agua y al final se secó.
Nos dimos un paseo bello por alguna zona de mi pueblo. Mi padre se quedó viendo los toros y a nosotros la Televisión de Castilla la Mancha nos hizo un gran favor.


 

8 comentarios:

  1. Por aquí no para de llover. Me gusta la lluvia.

    ResponderEliminar
  2. Que bonitas fotos, la lluvia es genial al igual la naturaleza.
    Tus palabras acompañan bien, saludos amiga Isa

    ResponderEliminar
  3. Nadie le muestra a la Naturaleza el calendario, ni la hora del día, ni las predicciones del tiempo, pero ella solita sabe qué frutos dar y cómo cuidarlos. Te felicito una vez más por esa mirada de cerca a lo pequeño de la Naturaleza. Disfruta la berenjena y el pimientos, pues han de ser los últimos.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Un post muy ecológico.
    Y muy sabio.
    Tú creciste muy bien.

    Besos.

    ResponderEliminar
  5. La lluvia es beneficiosa cuando no cae de forma torrencial.

    Después de muchos meses de sequía por fin ha llovido en mi ciudad. Ya hace falta llenarse los pantanos que tienen escasez de agua.

    Besos

    ResponderEliminar
  6. Todo ha sido muy bonito, por esa vuelta campestre, la rama seca del castaño me dejo triste.


    Un abrazo.
    Un paisaje bello , también dentro de ti.

    Besos.

    ResponderEliminar
  7. Woooouuu...!!
    Maravilhosas fotos Isa! Te felicito!
    A chuva que caiu, foi uma benção. Veio saciar natureza sedenta, e parar com o fogo devorador que todos os anos nos consome!

    Un abrazo!
    A.S.

    ResponderEliminar
  8. La lluvia, una bendición dicen por acá, cuando se cansan de llamar la atención de San Isidro labrador. Cómo respira la vida, en estas insurgencias vegetales, y más si se tiene una mirada espectacular a tu pueblo. UN abrazo. carlos

    ResponderEliminar