martes, 19 de marzo de 2019

La lengua mojada de la niebla

Hoy no he podido ir al taller de escritura creativa. Me he puesto indispuesta.
Resulta que como otros días después de comer me he ido a la piscina; pero hoy he debido de tener un corte de digestión. Al salir de la piscina me encontraba muy mal. No he dicho nada. Me he mentido en le servicio porque tenía retortijones de vientre. Me he duchado y rápido de nuevo los retorcijones. Me he vestido y me he dirigido a mi casa. Por el camino, me sentía francamente muy mal. He tenido que hacer montones de paradas porque me costaba respirar.  Normalmente hago el recorrido en quince minutos, es un kilómetro y medio; pero hoy he tardado casi una hora porque tenía que ir parando cada dos por tres porque no podía respirar. Esto mismo me sucedió otro día y no sabía cuál era la causa. Pensé que nadé mucho. Hoy me he dado cuenta que lo me ha sucedido es un corte de digestión porque la tripa se me ha  inflado y el estomago tambien. Cuando he llegado a casa llegaba mareada y malísima. Al mirarme al espejo he visto una blancura exagera en los labios y mi cara. Me he asustado. De nuevo a sentarme en el trono porque la colitis quería salir al exterior.   Me he tomado la tensión y tenía 153 sistólica y 134 diastólica,  64 pulsaciones. No vuelvo a ir a la piscina después de comer porque hoy me he podido quedar por el camino. Ya se me ha pasado, ya estoy como soy yo normalmente. Lo peor  es que me duele no haber podido ir al taller de escritura creativa.
Para hoy tenía este ejercicio; tenía que escribir un texto con una Figura Retórica, he elegido de las figuras Morfosintácticas; la de Polisíndeton. No he podido corregirlo. :-(



La timidez del sol hacía su aparición entre los almendros que poblaban la montaña.
Algunos almendros cargados de flores, y otros sus yemas comenzaban a brotar livianas como la mañana.
Y a lo lejos, daba la sensación que las copas de los árboles estaban manchadas de suaves copos de nieves.
Y algún que otro copo  más ligero volaba como mariposa asustada.
Y otros copos, el viento los volvía diminutos alfileres que terminaban en finas gotas de agua.
En algunos rincones, la montaña guardaba una niebla suave que ligera corría como si llegara tarde alguna fiesta. 
De pronto, el tímido sol se asomaba y a la media legua la niebla enseñaba su lengua mojada. 

Fin


Hay una pradera y hierba y
pajares viejos, mucha tristeza,
y fuentes de manantiales  secos 
y zarzalones en cada rincón.


4 comentarios:

  1. Grato Isa, poder de nuevo comentar tus posts. Un pesar que hayas estado indispuesta por una posible indigestión. El poema, una bella descripción del paisaje. Una pintura. Un abrazo. carlos

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    1. Gracias Carlos. Me alegro que te guste el texto.
      Un abrazo

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  2. Pienso que tú tu poema está muy bien, no necesita correcciones como dices, espero ya estés mejor de salud. Un abrazo

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    1. Muchas gracias Bienaventurada. Gracias, si ya se pasó todo. Gracias por tu interés.
      Un saludo

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