lunes, 25 de marzo de 2019

El tren de media noche

El tren viajaba sin tener en cuenta cuántas personas iban en él. Había familias enteras. Otras sin embargo prefirieron quedarse en sus casas, y algún que otro miembro sí salió a la ligera para tomar el tren de las doce de la noche. Era el último tren que salía rumbo a ninguna parte. Algunas caras eran de asombro. Otras sin embargo eran de dolor. El dolor de partir sin saber a donde llegarían. Quienes viajaban eran personas de todas las edades y condiciones. Había obreros, maestros, enfermeras, médicos,  y médicas. También viajaban albañiles, costureras, carpinteros, electricistas, abogados y abogadas:  prácticamente todas las  profesiones habidas y por haber.

Alguna joven dio a luz en esa noche  de incertidumbre y fue atendida por profesionales pero sin medios hospitalarios. Los recién nacidos  eran envueltos en mantas y enseguida se agarraban al pecho de sus madres. Es increíble nada más nacer, como sabemos, la necesidad de  alimentarnos para poder sobrevivir.
El personal llevaba sus herramientas pensando que allá donde fueran serían bien recibidos y enseguida encontrarían trabajo para proseguir sus vidas.
El tren estuvo toda la noche en marcha, sin hacer ninguna parada. Iba a toda leche. Cada vez tomaba más fuerza. La oscuridad no dejaba ver por los lugares que pasaba.  Los más pequeños dormían, para ellos era como si fueran acunados por la velocidad del tren. Algunos adultos al final cerraron sus ojos porque la noche se hizo larga y pesada. El cansancio les hizo dormir y dejar la mente relajada. Otros no eran capaces de conciliar el sueño  y aproximaban sus caras a los cristales del tren por si podían ver algo; algún cartel que les indicara por donde pasaban. Alguna luz de alguna casa. Pero nada, era todo oscuridad. Incluso la luna y las estrellas desaparecieron. Era como si todo el universo estuviera de acuerdo para cometer algún asesinato a lo grande.

Realmente este tren salía una vez al mes y se dirigía al Cráter de Kaali; Kaali es un pequeño grupo de nueve cráteres de impacto formado por colisiones de meteoritos en la isla de Saaremaa, Estonia.   Aunque sus aguas tienen durante el día el color del cielo, durante la noche son de un color verdecito; se alimenta de humanos. Traga todo lo que cae en él pero su alimento favorito y lo que le da más fuerzas es la sangre humana.  De vez en cuando, hace acopio de aves y animales a los que embauca de tal manera, que terminan siendo sus presas y tragadas por los cráteres.

Este día que el tren iba cargado de personas, no llegaría a su fin porque no se sabe quienes, desviaron el tren y le hicieron dar la vuelta de nuevo desde donde partió. Unos dicen que fueron fantasmas, las almas de los millones de desaparecido y usados como sacrificio en el Cráter; otros dicen que fueron pájaros que se organizaron  y cambiaron las vías del tren para que no desapareciera ningún pájaro más, ya que se estaban extinguiendo; otros dicen que vieron árboles enormes caminando  por las vías. Con esta decisión que tomaron,  si el Cráter se dejaba un mes sin alimento explotaría y dejarían de hacerse sacrificios.

Así sucedió. Hubo una gran explosión y los nueve cráteres comenzaron a  expulsar lenguas de fuego, dedos y anillos al rojo vivo. Bolas enormes de pelo achicharrado. Trozos de metal que con la fuerza que salían lanzados eran como cuchillos afilados. Así estuvo cuarenta días lanzando toda cosa que no pudo digerir. La última noche salia por los cráteres un jugo ennegrecido con un olor nauseabundo, eran los ultimos cuepos que aun no se desintegraron en  las tripas de los nueve cráteres. 

Colorín colorado, este cuento inventado se ha terminado :-)






martes, 19 de marzo de 2019

La lengua mojada de la niebla

Hoy no he podido ir al taller de escritura creativa. Me he puesto indispuesta.
Resulta que como otros días después de comer me he ido a la piscina; pero hoy he debido de tener un corte de digestión. Al salir de la piscina me encontraba muy mal. No he dicho nada. Me he mentido en le servicio porque tenía retortijones de vientre. Me he duchado y rápido de nuevo los retorcijones. Me he vestido y me he dirigido a mi casa. Por el camino, me sentía francamente muy mal. He tenido que hacer montones de paradas porque me costaba respirar.  Normalmente hago el recorrido en quince minutos, es un kilómetro y medio; pero hoy he tardado casi una hora porque tenía que ir parando cada dos por tres porque no podía respirar. Esto mismo me sucedió otro día y no sabía cuál era la causa. Pensé que nadé mucho. Hoy me he dado cuenta que lo me ha sucedido es un corte de digestión porque la tripa se me ha  inflado y el estomago tambien. Cuando he llegado a casa llegaba mareada y malísima. Al mirarme al espejo he visto una blancura exagera en los labios y mi cara. Me he asustado. De nuevo a sentarme en el trono porque la colitis quería salir al exterior.   Me he tomado la tensión y tenía 153 sistólica y 134 diastólica,  64 pulsaciones. No vuelvo a ir a la piscina después de comer porque hoy me he podido quedar por el camino. Ya se me ha pasado, ya estoy como soy yo normalmente. Lo peor  es que me duele no haber podido ir al taller de escritura creativa.
Para hoy tenía este ejercicio; tenía que escribir un texto con una Figura Retórica, he elegido de las figuras Morfosintácticas; la de Polisíndeton. No he podido corregirlo. :-(



La timidez del sol hacía su aparición entre los almendros que poblaban la montaña.
Algunos almendros cargados de flores, y otros sus yemas comenzaban a brotar livianas como la mañana.
Y a lo lejos, daba la sensación que las copas de los árboles estaban manchadas de suaves copos de nieves.
Y algún que otro copo  más ligero volaba como mariposa asustada.
Y otros copos, el viento los volvía diminutos alfileres que terminaban en finas gotas de agua.
En algunos rincones, la montaña guardaba una niebla suave que ligera corría como si llegara tarde alguna fiesta. 
De pronto, el tímido sol se asomaba y a la media legua la niebla enseñaba su lengua mojada. 

Fin


Hay una pradera y hierba y
pajares viejos, mucha tristeza,
y fuentes de manantiales  secos 
y zarzalones en cada rincón.


lunes, 18 de marzo de 2019

Prueba ciclista de ENDURAMA por el Real de San Vicente

Estaba de paseo con mi padre y sin saberlo tuvimos una mañana muy movidita.

Mi padre dijo de venir hacia aquí y estuvimos en primera linea de la carrera de bicicletas.

Dejé aparcado a mi padre en su silla del andador y me fui a casa a por la cámara de fotos.

Estos chicos y chicas están hechos de otra pasta diferente a los mortales.
No les da miedo el peligro. Yo alucinaba y mi padre decía están locos.

En fin que hay que tener mucha fuerza, gustar mucho y no tener miedo a los riesgos.



Esta parte creo que fue la más moderada porque por el terreno que fuero había montones de pedruscos y caminos de tierra.

Mi compañero desde el  huerto ayudó a un ciclista que bajaba con la bici partida en dos.
El joven  le pidió  el teléfono móvil  para llamar y  para que fueran alguien de la organización  a por él y su bici partida en dos.









Creo que no pasó nada a nadie. Muchas ruedas reventadas, alguna bici rota por la mitad, pero los jóvenes todos bien.






Desde luego hay que echarle coraje y ganas,  que te guste  porque si no, mejor como los que estuvimos viéndolo, que también se sufre.



Este fin de semana ha habido lo de las tapas pero no nos hemos enterado hasta el domingo. 



























































































































A más de uno las zarzas cortadas y dejadas ahí les salvaron de caer a un pequeño precipicio pero que sí se hubieran hecho daño si alguno cae.
















































































Afortunadamente no se hizo nada. Son unos campeones enseguida se reponen y continúa la marcha.

Creo que tienen un cuerpo de goma que no les pasa nada. 



Rápido fueron ayudarlo por si venía otro de tras que no se toparan. La organización lo hizo muy bien. 



Un gran campeón 

































































ES lo que tiene tomar las fotos a rafagas, que sale cada instante. He dejado muchas fotos sin poner.




El paseo que cada dia por la mañana y tarde hago con mi padre, esta vez se convirtió en algo más movido y agradable.