Había caminado más de 13 kilómetros y se sentía muy cansada. Sin pensárselo, se recostó, quedó dormida soñando que estaba en su madriguera y allí nadie podría tener acceso. Por un momento sintió un vaho humedecido y calenturiento frente a su cara
. Abrió los ojos y eso fue lo último que vieron.
Por si alguien no lo pilla era una liebre la que dormitaba :-)
Pues si no lo dices no lo pillo, Isa.
ResponderEliminarPobrecilla.
Besos.
Celia, es un cuento donde pongo cosas inventadas. Los 13 kilómetros los hice yo hoy caminando en la calle. Llevo una aparatito donde me lo marca. Y los pasos que doy y las calorías que pierdo.
EliminarPongo en la fabula cosas inventadas y además meto cosas mías del día a día.
El más grande se come al más chico. Esto pasa en la vida real de los animales pero también de la vida real de las personas. Aunque claro en las personas solo es metafóricamente. :-)
Abrazosssssssssssssss
Gracias por la aclaración :)
EliminarBesos, Isa.
Joderrrrrrrrrrr que miedoooooooooooo.....
ResponderEliminarY qué bueno!!!
Besos.
Me gusta todo lo que compartes, lo que vives, lo que piensas, y tus imágenes.
ResponderEliminarUn besazo.
Uy que triste final! Besitos.
ResponderEliminarUnos colmillos afilados...
ResponderEliminarbesos.
Que triste, y después de recorrer tantos kilómetros. Un abrazo
ResponderEliminarAquí se ha producido un cambio narrativo importante, Isa, un halo de misterio en el que el lector tiene que poner de su cosecha. Te felicito.
ResponderEliminarBesos.
Felice giornata a te...ciao.
ResponderEliminarSorprendente final. Has escrito un buen relato.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Un abrazo.
Quizás en la metáfora, nos está comiendo la insensibilidad neoliberal. Un abrazo. Carlos
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