Hace muchos años una sirena cansada de estar tanto tiempo en el agua, con la piel arrugada, decidió salir un rato del la mar para tomar el sol
Se puso sobre la arena, la arena estaba caliente, los gránulos se sintieron incómodos al sentir la frialdad y viscosidad de sus escamas. Los granos de arena que eran grandes comenzaron a convertirse en arena de playa. Era como un polvillo fino que hacía más delicioso el contacto con el cuerpo porque no se clavaba en los pies de los niños ni adultos al caminar, tomar el sol o sentarse en las noches de luna llena a contemplar y escuchar los sonidos de la mar.
La sirena quiso confundirse con las demás personas. Una pamela de tela que el viento arrastró hasta ella fue su primer aliado. Se colocó en la cabeza como tenían las demás mujeres para evitar una insolación.
Su nueva experiencia y contacto con la tierra le gustó a la sirenita. Se hacía rogar cuando escuchaba entre las olas el sonido de sus compañeras que la llamaban.
Ella sabía que pasadas las doce de la noche no podría volver al agua porque las sirenas al igual que los peces no ven de noche. Quedan agazapados entre las rocas, los pulpos y las estrellitas de mar.
Alguna vez, se ha visto a una sirena encima de un caballito de mar que quiso lanzar desde el agua un beso a la luna. La sirenita iba dormida encima de él, no pudo ver a la luna. El caballito de mar vio a la luna y la lanzó un hermoso y sonoro beso apasionado. La sirenita dormida como una marmota nunca pudo contemplar como era la luna de bella. Tampoco escucho el beso. Ella no sabía de besos porque las sirenitas no se besan ya que son tan frías que no conocen el amor. Eso sí, su belleza embelesa. De ahí que cuando algunos hombres las oyen cantar, los vuelven locos y se lanzan al mar pensando que ellas los salvaran. Pero ellas se ríen y los ahogan con sus risas y sus movimientos. En realidad las sirenas son seres malvados.
Esta sirenita que tuvo el coraje de salir del mar para ver otros mundos, seguro que esa noche pudo ver como era la belleza de la luna.
Al día siguiente despertó con los rayos de un hermoso amanecer. Pensó que era más bella la tierra que las profundidades del mar.
Bien temprano volvió a escuchar las voces de sus compañeras llamándola, pero ella se tapó los oídos y siguió contemplando el bello amanecer.
Iban pasando los días y su cola de sirena se iba convirtiendo poco a poco en unas largas y bellas piernas.
Ya nunca más pudo adentrarse al fondo del mar porque con las piernas no podía nadar como con la cola de pez. La costó acostumbrarse a vivir en la tierra, pero poco a poco fue siéndose una persona más. Ya no era fría ni calculadora, tenía su corazoncillo y en él afloraron muchos sentimientos buenos.
Y colorin colorado el cuento de la sirenita se ha terminado.
Una sirena
en la playa varada
espera un beso.
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Sus ojos negros
de sirena esconde
el sol los ciega.
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Voz de sirena
engañando a los hombres
ahogando la mar.
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Canto de sirena
los tritones al agua
montan orgía
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Una Sirenita como no hay dos... en buena hora salió a la playa y vio la luna y los amaneceres...y que maravilla de transformación... cola con escamas por piernas largas y fuertes, solo cubiertas de piel.... Hermoso relato Isa y hermosa protagonista... Felicitaciones
ResponderEliminarGracias Antonio.
EliminarLa verdad no sé como ha salido así el cuento :-) no tenía ni idea de lo que iba hacer.
Saludos y un abrazo
El cuento muy lindo, para todos y todas y el colofón de los versos es precioso. Un enorme abrazo
ResponderEliminarHola Ester, gracias
EliminarSaludos y un abrazo
Qué delicia, Isa. Inicias un largo y fantástico cuento, para rematarlo con unos versos que son más cántico a esa sirena varada que a la idílica con la que sueñan los marineros en las noches de tempestad con el estruendo de las olas. Muy bonita entrada.
ResponderEliminarBesos
Hola Francisco, gracias.
EliminarSaludos y besos
Que linda historia, me gusta su final feliz, esa mutación que va teniendo a medida que se contacta con el mundo de los humanos.
ResponderEliminarY también me gustaron muchos los haikus que son historias pequeñas y ciertas.
Un beso enorme.
Hola Sindel, gracias.
EliminarSaludos y un abrazo
Y fue feliz y se comió una perdiz.
ResponderEliminarBello cuento con poesía incluida.
:-)
EliminarGracias Tracy
Saludos
"Los tritones del agua montan orgía!" jeje...con esos versos finales le has puesto el broche condicionado a una entrada que nació como cuento para niños! jajaja
ResponderEliminarNeogéminis, bueno es un cuento no sé si para niños o para mayores. La verdad que no pensé, sólo salió.
ResponderEliminarSaludos
Isa, qué gran imaginación y sentido poético tienes. Este cuento está lleno de fantasía, de reflexiones camufladas en la ficción, que me han encantado. Cualquier día me encuentro en la playa tu sirenita y nos tomamos un refresco juntas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Fanny, gracias.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Seguro que ella encantada de tomarse un refresco contigo.
Saludos y un abrazo
Isa, muy ameno, fresco y espontaneo tu aporte, como siempre, amiga...Una gozada leerte...Esa sirena era muy inteligente y además muy guapa...(sonrío)
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo grande por tu buen hacer.
M.Jesús
Hola María Jesús, gracias.
EliminarMe alegro que te haya gustado.
Saludos y un abrazo grande
Hermosa historia, mágica con viento salado de agua marina. La trasformación es estupendamente creada, valió la pena acostumbrarse a vivir en la tierra. El poema es divino! Fue un placer leerte.
ResponderEliminarSaludos
Hola Yessy, gracias.
EliminarMe alegro que te haya gustado.
Saludos y un abrazo
Cuento y poema, con el tema de la sirena. Gratificados al leer dos textos, que me traen a colación la niñez, y los mítico cuentos de sirenas...UN beso.Isa. Carlos
ResponderEliminarHola Carlos, gracias.
EliminarMe alegro que te traigan recuerdos felices de tu niñez.
Saludos y un abrazo
Un besazo para esa sirena varada en la playa.
ResponderEliminarHola María Pilar, gracias.
EliminarEsa sirena se hizo mayor y han pasado unos cuantos años. Calculo que ahí tendría unos 13 más o menos. Primer año que las monjas nos llevaron de excursión a la playa por tener buenas notas.
Saludos y un abrazo
No sé yo si personalmente cambiaría la belleza de las profundidades marinas por las bellezas que la Tierra nos ofrece. Tal vez sea cierto que añoramos aquello que no poseemos. Tu cuento y también el poema final, rebozan fantasía e imaginación. Me ha encantado su lectura.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Pepe, gracias.
EliminarMe alegro que te haya gustado.
Sí las profundidades deben de ser muy bellas, pero yo prefiero pisar tierra firme.
Saludos y un abrazo
Hacia mucho que no te visitaba... y
ResponderEliminarme he llevado una gran sorpresa, creo que te superas dia a dia
me gusta mucho como escribes.
un beso.
Hola Angelita, gracias. Bueno no es para tanto, es un cuento normalillo. Pero sé que tú me aprecias mucho de ahí que te guste. Graciasssssssssss
Eliminar¿Como está Emma?
Seguro que para comérsela con el desparpajo que tiene.
Besos para José María para tu nieta y para ti