PALABRA 22 DE 52 Recuerdo
Recuerdo el olor a trigo esparcido por la pradera
Era tan pequeña que a penas se me veía en el trigal.
Contaba sólo con cinco años cuando en el mes de julio y agosto volvía de vacaciones con mi padre y mis abuelos.
Un pájaro volando, dos, tres,... montones de ellos en libertad, como yo.
Era bien pequeña y el resto del año tenía grilletes con cadenas invisibles. Dolor de estomago a todas horas, y lagrimas corriendo a toda prisa por mis mejillas.
Rodaba pradera abajo y me paraba la mula que a la sombra aguardaba mi caricia, yo la suya.
Danzaba, cantaba, trillaba, me empapaban las tormentas.
Dormía bajo un manto de estrellas y por almohada la luna color nácar.
Odiaba, odiaba ese corte tan grande de alas después de dos meses volando en la pradera donde mis abuelos hacían la era.
Diez meses con grilletes y cadenas invisibles, y de nuevo la libertad. Mis alas volvía a crecer para ser un pajarillo más.
Qué hermoso recuerdo!!! Esos momentos de libertad, en contacto con la naturaleza, sin horarios ni límites, y sobre todo con esa inocencia de la niñez son inolvidables.
ResponderEliminarGracias por tu bello aporte. Un beso enorme.
Hola Sindel, gracias.
EliminarMe alegro que te guste.
Saludos y un abrazo
Esos recuerdos me trasladan a mi infancia más lejana
ResponderEliminarHola Tracy, gracias.
EliminarMe alegro que esos recuerdos te hayan transladado a tu infancia.
Saludos
Que recuerdos mas bonitos, la niñez y las vacaciones, la vuelta al cole y el regreso a la era. Precioso. Un abrazo
ResponderEliminarHola Ester, gracias.
EliminarMe gustaba más la era que volver al cole.
Saludos y un abrazo
Rodaba pradera abajo y me paraba la mula que a la sombra aguardaba mi caricia, yo la suya.
ResponderEliminarDanzaba, cantaba, trillaba, me empapaban las tormentas.
me quedo con eso :)
Gracias.
EliminarSaludos
También siento nostalgia
ResponderEliminarde esos días de verano,
cuando en lugar de estar
sentados en un banco de colegio,
estudiando gramática y aritmética,
podíamos sentarnos
en la rama de un árbol,
a estudiar las nubes,
el canto de los pajaros
y el vuelo de las mariposas...
Gracias, sí es lo que tiene que los recuerdos de otras personas pueden ser similares a los nuestros.
EliminarSaludos
Isa, tus recuerdos también son míos, amiga...Mi padre nos llevaba muchas tardes a la era para que viéramos de trillar. A veces llegaban las tormentas y se formaba mucho polvo y paja y pasábamos mucho miedo...Cuando la naturaleza la vivimos de pequeñas, siempre la llevamos con nosotros, es inevitable, amiga...Mi felicitación por tu bello, creativo y profundo acróstico, que nos emociona. Un placer leerte y ver tus fotos.
ResponderEliminarMi abrazo madrileño-manchego, amiga.
M.Jesús
Gracias María Jesús, me alegro que tus recuerdos también sean como los míos.
EliminarSaludos y un abrazo grande
¿Sabes que me has traído mis recuerdos a la mente? recuerdo a las mulas, también esos campos, y los grillos, y las hormigas, también recuerdo que había cuatro coches, el seiscientos, el mil quinientos... ¡qué recuerdos!
ResponderEliminarUn beso.
Gracias María, pues me alegro de esos bellos recuerdos :-)
EliminarSaludos y besos
Lo recuerdas muy bien...y esa metaforización de los pajarillos para traducir libertad, la tuya en aquellos tiempos, muy acertada. Un abrazo. carlos
ResponderEliminarHola Carlos, gracias. Sí hay recuerdos que quedan guardados como si fueran el mejor de los tesoros.
EliminarSaludos y un abrazo
De recuerdos se alimenta el ser... esos buenos momentos que pueden ocultar los restantes meses... son la columna que te sostienen, que te han hecho posible vivir, vivir con alegría a pesar de los avatares... recuerdos que transmites y nos infundes sencillez de palabras... si, así de sencillas como eres tu... Gracias por tus recuerdos
ResponderEliminarHola Antonio, gracias.
EliminarSí hay recuerdos que salvan los momentos malos. Por eso han de estar custodiados para que no se esfumen y nos gratifiquen cuando las cosas no van bien.
Saludos y un abrazo