Hormigas preparando un cocido...

 Todas las hormigas se reunieron para tener una conversación.

Entre otras muchas cosas decidieron hacer un fondo en común y comprar garbanzos para hacer un puchero de cocido.

No sé si Cocidito Madrileño o Realeño. La cuestión todas las hormigas se pusieron manos a la obra.

Unas localizaron los garbanzos. Otras buscaron huesos de jamón, un cuarto de pollo, otras falda de ternera. La falda de ternera no es de tela como esa que llevan las señora, no, es una pieza de la carne de la ternera. Judías verdes o repollo. puerros, zanahorias y patatas. A mí si hacéis el cocido con judías verdes si me doy por invitada, pero con repollo no porque luego hay muchas tormentas espontáneas, Tormentas secas sin gota de agua :-) Pero demasiado olorosas.

Las hormigas tardan todo un día para recolectar todos los productos para  hacer el cocido. Aunque son muchas y trabajan en cadena, las cuesta llegar a por todos los ingredientes.

 Ya preparadas comienzan a lavar los productos y echarlos en una olla muy grande.

Tan grande que alguna hormiga resbala y se cuece junto con los garbanzos, haciendo que alguno se tiña y sea un garbanzo negro.

 y comienza el festín y a comer cocido se ha dicho. En lugar de la carne han echado verduras y pajas secas. Y la carne de alguna que otra hormiga que en el descuido patino en el borde la olla y cayó al agua hirviendo. También algún saltamontes que por cotillo y asomarse demasiado a la olla le dio un desmayo. Es lo que tienen los calores que dan lipotimias y zassssssss, a ser carne del cocido. Los mosquitos también eran caídos dentro de la olla. Cómo las hormigas no pusieron ningún triángulo para avisar de que por ahí no se podía pasar, pues en pleno vuelo sus alitas con el vapor se mojaban y caían en picado a la olla.

Total que la sustancia del cocido entre la carne de insectos y  las verduras del huerto propio y ajeno, hicieron las delicias del cocido

Parece que les salió bien la comida e invitaron a otra colonia de hormigas.

Se relamían las antenitas que en el afán por  comer se impregnaban de la grasilla y se ponían pegajosas-

Ufffffffff, decía la hormiga, ya no puedo más, tengo la panza a reventar, pero seguía comiendo porque no sabía si al día siguiente comería.

Qué angustiosa en lugar de dejar que otras comieran ella hasta que reventara.

Y así todos los días que era posible preparaban comida para varias familias de hormigas. 

Tenían muchas ganas de comer un buen plato de macarrones para invitar a los niños y que estos les contaran cuentos. Pero a ver como llegan hasta la casa de una mamá. Seguro harían agujeritos en la tierra hasta llegar a una cocina en donde haya macarrones. Tal vez sería más sencillo llegar a una tienda pequeña de barrio porque a los grandes almacenes ya van en masa muchas personas y las pisarían.
Creo en la mente de las hormiguitas se han instalados macarrones con tomate, será su próximo menú. Quedan invitados todos los niños del reino de España y alrededores, ahhhhhhhh y pueden llevar algunas hormigas en sus bolsillos de sus respectivas comunidades autónomas.