Jabalí Socializado

Este fin de semana he tenido la oportunidad de estar a dos cuartas de un enorme jabalí. Bueno era una hermosa hembra. Al vernos allí, se encaramaba a la puerta, quería sentir las caricias de los humanos. Pero yo no la acaricié, me daba algo de miedo. Es como una enorme masa de pelos duros que bien podrían parecerse a los de un erizo. Su hocico  peludo y sucio de hozar en la tierra. Se ve que estaba excitadisama pero no de placer, si no, porque  se  ha criado entre humanos y necesitaba caricias. Mi mano no se la puse encima, y menos cuando vi esos enormes colmillos que le salían a ambos lados de las comisura de la boca. Seguro que ella es incapaz de hacer daño, pero como es un ser  irracional, no controla sus movimientos y podría rasgarme la mano o cualquier otro lugar de mi cuerpo cercano al suyo.
Me daba pavor verla y ver, como se ponía de pie en la puerta, en una palabra, necesitaba mimitos. Como bufaba y le chorreaba una espesa y blanquecina espuma de su boca. A un movimiento brusco de su cabeza, me echó una baba en el ojo. Uf, sentí repugnancia y me sequé el ojo con la manga del abrigo. Pobre animalillo salvaje, esperando alguna caricia humana que desde luego por mi parte no tuvo. Dos chicos sí que ponían su mano en la cabeza y en el morro, a mí me daba pánico,  podría hacerles daño sin querer, podría p rasgales la mano. Afortunadamente no hizo nada. Tan sólo querías sentir las caricias de los humanos. Mientras tanto su hijo andaba por ahí comiendo y gruñendo, porque su madre hacía más caso a los humanos que a él.
Esto que cuento, no es un cuento, es cierto.

Aquí pongo fotos, no están muy buenas porque era una jabalina muy rápida en movimientos, pero hice lo que pude.