Están pidiendo a gritos que alguien se los lleve a la boca con dulzura.
Y ese alguien fue mi boquita que los saboreó.
Ellos agradecidos iban acariciándome con suavidad por dentro hasta llegar al estomago donde se quedaron descansando.
Los colores del árbol se bebieron la niebla que ronroneaba a su alrededor
La niebla aun no se atrevió a cubrir a la palmera
Y la niebla cencellada volvió invisible el cielo
La niebla jugando con la montaña
La niebla puso una venda en mis ojos para que no te pudiera encontrar
La niebla jugando al veo veo con los colores otoñales
La niebla envolviendo las casa y todo se volvió opaco.
Pero la niebla no pudo silenciar a las campanas de la iglesia que llamaban a los fieles a misa de domingo.
Los madroños desde el árbol hicieron que la niebla se esfumara
Apetitosos madroños esperando que alguien los saboreé
Madroños descolgados del árbol para saborear la tierra.
Hacía sobre 60 años que no veía los madroños. Me han traido muy bonitos recuerdos de cuando era niño.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Disancor, graciasssssssssssssss.
ResponderEliminarMe alegro que los madroños te hayan traído bonitos recuerdos.
Saludos y un fuerte abrazo