Tristeza de invierno

Difuntas horas,

pasan delante de mí,

se esconde el sol

Solitarias

las almas, duermen

en la rama quebrada

No hay risas,

ni tampoco esperanzas,

la luz asoma

Es la tristeza,

inundando la vida

lo siente el árbol.

Arañando la vida,

se hizo eco la melancolía,

congelando el universo

Ramas desnudas,

la luna se  cobijó,

huyen pájaros

Guardiana del cementerio,

la luna cada noche salpica las tumbas de lagrimas

que caen como gotas de Rocío

Días y noches confusas,

corazones vacíos,

cuencas de ojos secos,

palidez de los días,

suspiros de las noches,

tortura en la amanecida.

Por cierto que se me olvidó ponerlo y lo estoy poniendo ya que me he acordado. Hoy es mi segundo cumpleaños, y cumplo 29 añitos. Un día como hoy de otro año estaba recién operada, estrenaba mis dos prótesis nuevas en el corazón. A día de hoy me van bien, aunque ya me llevan diciendo que hay que cambiar una de ellas, no tengo prisa, esto es  una costura difícil y hay que hacerlo con mucho tiento y mesura, y sabiendo que el roto solo se arregla cambiándolo. Cuando esté preparada, pues ya me lo harán, de momento vivo el día a día y creo que lo vivo con fuerzas. Hoy nadé seguido diez vueltas de espaldas en la piscina olímpica. Mi corazón aun responde bien. Mientras pueda nadar y hacer el amor, es que funciono. Tengo 61 y de ellos veintinueve que soy más joven. Uffffffffff, ya soy muy mayor, aunque no me sienta mayor, si jovenzuela.