Las peores cicatrices son las que están en la cabeza. Y no porque te hayas dado un coscorrón, no, sí porque te lo hayan dado y sin darte explicaciones. Aunque haya una explicación nadie tiene porqué darte golpes.
He quitado parte del escrito porque entran familiares y no quiero causarles daño.
Estas cicatrices duran toda la vida pero curan muy rápido.
Duelen mucho menos que las cicatrices de la cabeza.
Hoy día 20 de enero, es mi segundo cumpleaños, cumplí 27 años.
Volví a nacer. Esta foto es reciente, no tiene quince días aun.
Esta foto no recuerdo cuando me la hice seguro que haga unos siete años.
Limpiando una ventana corredera en mi casa, se me cayó encima del pie y me lo reventó.
En ese mismo momento como no dejaba de sangrar salí descalza al ambulatorio para que me lo curarán. No me duelen las heridas en el cuerpo.
He quitado parte del escrito para no dañar la sensibilidad de familiares y otras personas. El internado queda ya muy lejos y no es bueno sacar cosas dolorosas. ¿Para qué?
Según me cosían en el ambulatorio hice fotos. La enfermera se quedó a cuadros. No sé donde estará esa foto. Esta foto la hice pasados unos días que ya estaba el pie bien.
No hay cosa que más odie en la vida que alguien tenga lastima de alguien. Con la lastima no se da apoyo, ni se ayuda, con la lastima se lastima más.
Pétalos rojos,
el agua acaricia
y ambos a mí.
Vuelan suspiros
de amor y felicidad
no los atrapes
déjalos volar libres
que se expandan.
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Se a remolinan
y mi cuerpo suspira
pétalos rojos.
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Se escaparon
de la rosa pétalos
son mariposa
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La nieve hiela
tu aliento, corazón
también el alma.
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Son las palabras
quedaron congeladas
tu fría boca.
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Hoy no es 20 de enero, pero ya subo, así amanecerá la entrada ya colgada
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