martes, 16 de enero de 2018

Sierra Nevada en El Real de San Vicente

Como una insignificante paloma blanca,  enferma, vuela sobre su cabeza y se desmaya.



Copos de nieve se van apiñando y durmiendo en las copas de los árboles.

El espectaculo de la nieve lo deja todo inmaculado. 
Es un blanco esplendoroso que va enfermando y ensuciando al paso del hombre que mancha con sus pies, las ruedas de los coches,... Va dominando la nieve y ésta a su paso se va derramando en lágrimas dulces.

Un manto de nieve va arropando los árboles sedientos que comienzan a estirarse al beber de ese blanquecino elixir.

El suelo va despertando del caluroso verano y se va refrescando con el manto de nieve que lo cubre. 
La nieve puede producir la muerte, pero lo más importante es,  en casos de suma enfermedad del ambiente, regala vida y amamanta el campo.

Paisaje frío y fantasmal por la niebla, que no por la nieve.



Sin tí, el mundo no tendría sentido para mí.



Un tono de color en mitad de la nieve

Se le ve cansado de soportar el peso de la nieve. También se le ve agradecido por ese regalo del cielo.




Bajo los pies la nieve gritaba porque se iba rompiendo.



Este muñeco de nieve estaba plantado allí. No se le ve con cara muy agradable, aun así, lo saludamos y le deseamos una feliz estancia.

Frío agradecido por tanta belleza.

Frío confortable por la belleza que inundó la sierra al verse con vestido  de novia. 


Claros y sombras antes la nieve

Las ramas se relajaron


Diminutos copos llenaron de alegría el lugar.
Cada año, debería de nevar para que los árboles limpiaran sus impurezas y se sintieran fuertes para aguantar más tiempo con vida. Yo creo que la naturaleza es igual al hombre/mujer, cuantas más zancadillas nos pone la vida, más crecemos y más fuertes nos hacemos.



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