Asar castañas al amor de la lumbre es muy confortable.
... pensaba la sartén que ya no servía para nada. Tantos días sin ser usada que no recordaba la última vez que su culo poso en las ascuas mientras las castañas se asaban dentro de ella. Pensó la sartén que ya no servía para nada, y mira tu por donde es la única que sabe asar bien las castañas.
Montones de rubíes se cobijaron en esta granada.
La copa de los árboles tocando el cielo.
La belleza del otoño está en su colorido. Los campos se viste de diversos colores y las hojas se desprenden de las ramas como mariposas asustadas perdiendo su vuelo y estrellándose en la tierra.
Tronco y ramas se preparan para pasar desnudos el invierno.
El árbol magestad que no quería que sus hojas se desprendieran de sus ramas.
El otoño dio color a la arboleda convirtiéndola en un hermoso espectaculo de multiples colores.
Pequeño bosque encantado
Bodegón natural
Gato sobre alfombra de hojas muertas.
Plenitud otoñal
... el viento susurra a las hojas para que caigan y él andar a gusto entre los árboles.
Pero las hojas se ven bella con esos coloridos y aguantan y se agarran con fuerza para no perder el equilibrio y caer como mariposas desvanecidas que van volando aturdidas. El viento, cada noche sopla, sopla para despejar las ramas y hacer más hueco entre los árboles para ser el dueño del lugar. Finalmente, las hojas, cederán y los árboles quedarán desnudos como niños recién nacidos.
Maravillas de la naturaleza
Microcuento
... caminaba por un terreno árido, inhóspito y muy empinado. Ella nunca se cansaba. Era tozuda aunque silenciosa.
Se encontró con varias mariposas tiradas por los suelos. Se encontró con árboles que parecían secos. Con hongos arrancados de la tierra, pero a ella, no le daba pena. Se encontró con un jabalí desangrándose, sin el más mínimo desconcierto siguió su camino como si nada. Se encontró a un conejo gritando porque sus crías se habían caído a un pozo, y siguió sin demostrar sus sentimientos. Aparentemente, ella es ciega, es sorda y vacía de sentimientos.
Hay quien la busca y está encantado con ella. Hay quien la teme como su amiga o enemiga, Hay quien huye de ella y hay quien tan solo la contempla. La soledad no es amiga de la multitud. Ella sólo quiere instalarse y que la dejen en paz. Así de triste es la soledad.
Flor del té
Muy bonita la imagen de las castañas en la sartén.
ResponderEliminarHoy doble ración.
ResponderEliminarY las dos, exquisitas.
Muakkkkk y Muakkkkkkkkkkkkk.
Que suerte hemos tenido, nos regalas dos entradas en una, y las dos estupendas. Un abrazo
ResponderEliminarQué bonitos colores y qué apetitosas imágenes!!!...has sabido plasmar muy bien esta época tan entrañable, felicidades!!!
ResponderEliminarUn gran abrazo...y muchas gracias, Isa!!! ;)
Que bien nos seduces desde la entra tupost, con la bella personación al "amor de la lumbre". Deben ser un plato spcial las castañas. No sé me llega el delite de su olor. Y ese rojo de la granadilla. Por aquí, antes se daban salvajes. Uno las veía asomar por las paredes de los solares de las casas, o iba al campo y se encontraban confundidas con las guamas y las pomarrosas, TU cuento, habla de un estado de la vida, que creo nadie haya escapado a su fluir: la soledad. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarHoy sí que tu entrada me sabe a otoño desde la primera letra hasta a la última.
ResponderEliminarQue imágenes más bonitas.
Un beso enorme.