El agua, al igual que las lágrimas,
son de suma importancia para la supervivencia.
Sin agua no podríamos vivir porque el agua es
necesaria,
al igual que lo son las lágrimas para sosegar el corazón.
Estrellita trabajaba muy duro a pesar de tener sólo
siete años. Cada mañana al levantarse muy temprano, tenía que organizarse para
que las tareas del hogar la cundieran y así, caminar dos horas hasta llegar a
la ciudad para pedir y poder comprar comida y medicinas para su madre y sus
hermanos. Jacobo, su hermano menor,
contaba con dos años. Alejandro, algo mas mayor, tenía cinco años, ella, la mayor de los tres, siete años.
Era una niña con mucha
responsabilidad y espabilada. De ella dependía la manutención de la familia. Su
madre enferma, hacía más de un año, estaba postrada en la cama siendo
dependiente total. No tenían la ayuda de nadie. Estrellita tenía que
ingeniárselas para poder traer cada día alimentos para su familia. La niña
maduró antes de tiempo porque así se lo exigió la vida.
Su padre un día salió a la ciudad en busca de
trabajo y nunca más regresó. De esto hacía más de año y medio.
Estrellita estuvo escolarizada mientras su padre
vivía con ellos. Pero cuando él
desapareció, dejó de ir a la escuela. No por ello olvidó sus libros y cada día, sacaba tiempo de donde no lo tenía
y se las arreglaba para estudiar una lección de una de las
asignaturas que había dado en la escuela. Tanto empeño ponía que se sabía las lecciones de memoria. A pesar
de todas sus penurias siempre que podía compraba un libro, porque la encantaba
saber, sobre todo leer, aunque ya supiera las historias de memoria.
Cuando había aseado a su madre, con el agua del rio
que había cerca de la casa, también
había preparado y dado cucharada a
cucharada el desayuno, la dejaba reposando en la cama. Igualmente preparaba el almuerzo a sus hermanos y los acompañaba a
la escuela. Para llegar a la escuela teñían
que caminar por un campo lleno de pedruscos y barro. En los días de lluvia el agua hacía una especie de barrizal
intransitable. Tardaban en llegar más o menos una hora a paso ligero cuando el
camino estaba seco. Dejaba a sus hermanos en la escuela, ella continuaba dos
kilómetros más para llegar a la ciudad.
Recorría las tiendas pidiendo una ayuda. Ya era
conocida por la niña que cuidaba a su madre y a sus hermanos, por lo que no
tenía problemas a la hora de recibir ayuda de los tenderos y demás personas.
El frutero la daba cuatro piezas de frutas picadas,
cuatro patatas con alguna raíz porque se habían quedado viejas. El señor del puesto de ultramarinos la daba
alubias con larvas y garbanzos con unos bichillos negros que volaban, productos
que no servían para la venta. Sin embargo a ella todo la servía. Estrellita
limpiaba pacientemente una por una todas
las legumbres y las hacía comestibles. Un
día recogió de la basura una bolsa de arroz con mariposas y hebras de seda que
las mariposas se habían entretenido en tejer. Cuando llegó a su casa se dispuso
a limpiar grano a grano de arroz para
dejarlo sin impurezas, cocerlo para hacer arroz blanco mezclado con leche que compraba con los centimillos que la iban
dando. Esa noche cenaron de maravilla
arroz con leche y bien dulce con azúcar
El carnicero la iba dando huesos para hacer caldo y trozos de
carne con grasa que ella limpiaba y hacía guisos según le iba diciendo su madre.
Pescadero no había porque era complicado
que llegara el pescado fresco hasta la
montaña. En la zapatería cuando tenían zapatos con alguna tara se los
regalaban. Si tenía la suerte que podían servirle para alguno de sus hermanos
se sentía muy contenta. Aunque hubo veces que llevaban un número superior para esos pies chiquitines, ella rellenaba las punteras con trapos.
Incluso durante un mes ella caminó descalza porque le había dejado sus
zapatillas a Alejandro que daba patadas a las piedras y terminaba rápido con la
vida de los zapatos o zapatillas.
De ropas
estaba bien surtida porque en los puestos donde más la ayudaban tenían un
cartel en donde ponía que se recogía ropa de señora y niños para ayudar a
Estrellita.
Cuando llegaba a casa a la hora de la
comida, cargada con una bolsa que se echaba a la espalda en forma de mochila.
Metía por las asas sus bracitos y así cargada en la espalda lo llevaba mejor.
Al llegar a su casa se sentaba al borde
de la cama para preguntarle a su madre como se encontraba. Su madre veía el
cansancio de la niña y un mar de agua salada brotaba en sus ojos color celeste. La niña entonces miraba al suelo porque no
quería ver llorar a su madre. Estrellita nunca se quejaba porque sabía que era su
obligación hacer lo que hacía por su familia.
Cada noche después de haber
dejado a sus hermanos lavados, cenados y durmiendo en sus camas, ella salía
hablar con la luna. La contaba lo que había hecho durante el día. Y unas
lágrimas asomaban en sus ojos almendrados, negros, de color azabache como los
de su padre. Un día y otro hacía lo mismo, después de estar todos durmiendo,
ella salía y hablaba con su amiga la
luna. Al mirar al suelo percibió como una semilla había germinado al lado donde cada noche caían sus lágrimas. A los
pocos días, esa semilla geminada, se convirtió en una bella flor de hojas
alargadas de color malva.
Preguntó a la luna si podía cortar la flor para
regalársela a su madre. Después preguntó a la propia flor. La luna le dijo que
sí que la cortara con mucho cuidado dando gracias a la flor por haber crecido
con sus lágrimas. A la mañana siguiente la flor lucía en un frasco de cristal
en la habitación de la madre. La madre al ver la belleza de la flor se levantó
a olerla. En ese momento se sintió con muchas fuerzas y curada de su dolencia.
La luna con su dulzura de nácar había cargado la flor con energía positiva, que
junto con las lágrimas de la niña, hicieron que la madre sanara y la niña
pudiera ser niña, e ir de nuevo a la escuela con sus hermanos.
Caramba que se me olvidaba poner que he participado con este texto en un concurso que ha habido hoy en el cole de adultos. Es la semana cultural y he participado con ese cuentito. Naturalmente como no podía de ser de otra manera, no he ganado el premio de un libro y una placa.
Sí he ganado la satisfacción de hacerlo y de participar.
Jajajaja, yo diría que hago los cuentos para no ganar.
Y en un ratin hice ese dibujo con estrellitas una nube y la luna sonriendo.
Es un cuento precioso, que muestra la ternura y el esfuerzo de una niña que tiene que hacerse mujer en poco tiempo y a destiempo. Me alegra que al final las cosas mejoraran, el detalle de la flor de las lágrimas es maravilloso.
ResponderEliminarMuy buen aporte Isa. Y no importar ganar, si importa que podamos leerte.
Gracias!!! Un beso.
Gracias Sindel, me alegro que te guste.
EliminarSaludos y un abrazo
Eres completa, escribes, y dibujas, me enterneció el dibujo y el cuento me ha gustado leerlo, no importa ganar premios, si la satisfacción de escribir. Yo te aplaudo
ResponderEliminarGracias Ester, me alegro que te gusten.
EliminarEl dibujo es muy sencillo de hacer con el programa Paint, es de lo más sencillito.
Saludos y un abrazo
Tu historia enseña que todo aquello que se hace con el corazón, engrandece. Una niña con tal responsabilidad, no será más que una gran mujer el día de mañana, porque sabe el valor del amor y de todos los esfuerzos que a veces son necesarios realizar.
ResponderEliminarUn cuento que conmueve, y que finalmente, encuentra ese plus mágico que logra que todo tenga un final feliz.
Y... haber participado en un concurso aunque no haya ganado premio, es anecdótico, el valor lo has puesto tú con tu entrega y sentimiento, y eso ya es un premio en lo personal.
Besos!
Gaby*
Gracias Gracias, me alegro que te guste. Tienes razón la satisfacción de participara es el mejor premio.
EliminarSaludos y un abrazo
Perdona Gaby el segundo gracias deberia de poner Gaby pero me lié.
EliminarSaludos y otro abrazo por equivocarme
Isa, es un cuento precioso...Nos llega al alma, vemos a esa niña voluntariosa, sacrificándose pon su familia y sentimos una pena inmensa...Qué bonito, que la luna y sus lágrimas hicieran crecer esa flor mágica...Y su madre sanara. La vida cambió, porque estrellita volvió a ser niña de nuevo...Ya ves, que lo he vivido intensamente, amiga...Ufff, lo hiciste tan real y entrañable, que lo he visto y lo he sentido...
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo inmenso...Tu cuento, no habrá ganado el libro y la placa, pero nos ha ganado el corazón...(sonrío)
M.Jesús
Gracias María Jesús, me alegro que te haya parecido muy real.
EliminarSaludos y un abrazo
Tu cuento es precioso y como han de ser los verdaderos cuentos, mostrando valores, modelos a imitar, actitudes y conductas que honran a la persona. Me ha gustado tu cuento,lástima que no ganara.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Pepe, me alegra que te haya gustado.
EliminarBueno, sí gané porque tuve que ponerme manos a la obra y escribirlo.
Saludos y un abrazo
Todo lo que se puede pensar o imaginar existe ya, sólo falta que pertenezca al mundo de la realidad. Tu cuento tiene mucha magia y ojalá contagie a tantas familias que hoy lo están pasando mal.
ResponderEliminarLo de participar ya es un premio porque te pone en situación de crear, de inventar y lograrlo es muy satisfactorio.
Un beso
Hola María Pilar, gracias.
EliminarTienes razón que ojalá contagie a las familias que lo están pasando mal. Aunque también diría que ojalá contagiara al gobierno y tuviera más empatía con las personas que lo pasan mal por culpa de los recortes o por otras causas.
Saludos y un abrazo
Una hermosa y tierna historia llena de amor y sacrificio, pero que con el tiempo la recompensa es tan bella como tus letras.
ResponderEliminarBesos
Hermoso y tierno relato. Felicidades por la exquisita sensibilidad demostrada.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Un abrazo.
Gracias Disancor, me alegro que te haya gustado.
EliminarSaludos y un abrazo
me emocioné mucho con tu relato. entiendo que hay niños que lamentablemente deben afrontar situaciones muy difíciles para su edad, no todos logran ser esa Estrellita tan buena y llena de amor por los suyos sin sentirse agobiados por la responsabilidad y el esfuerzo.
ResponderEliminarcreo que es un gran ejemplo y seguro que merece un final feliz.
¡preciosa historia llena de ternura! yo le hubiera dado el premio por la enseñanza que nos deja :)
¡saludos Isa!
Gracias Jorgelina, me alegro que te haya gustado. El mejor premio es lo habéis leído, esta es la mejor satisfacción.
EliminarSaludos
ES un cuento bellamente natural. Diría que así lo cuenta un niño. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminar¡Que belleza!!!! ¡cuanto amor!!
ResponderEliminarGracias Ilesin, me alegra que te haya gustado.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo
Gracias Carlos, me alegra que te haya gustado.
ResponderEliminarY me encanta que parezca que lo ha contado un niño.
Saludos y un abrazo
Gracias Antonio, me alegra que te haya gustado.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo