Mozos y mozas, casado y casadas cogieron sus zambombas y a tocar el corcho. Otros/as con panderetas, botellas de anís vacías y almireces. Las voces y la música inundaron la calle aledañas a la Plaza del Llanillo. A golpe de pandereta y de darle a la caña del corcho para que la piel de la zambomba emitiera un sonido ronco. El bar del Llanillo llamado La Torre, ofrecía vinos y cortadillos del pueblo. La lumbre en mitad del corro para calentar los pies y manos y hasta el alma. Que seguro que a más de una se le congeló el alma del frío que hacía esa noche.
Seguro hasta los santos de la iglesia y la Virgen de los Dolores alguna sonrisa echaron al ver la alegría de las rondas. Y no sé que más contar, es que en vacaciones hasta las palabras enmudecen. Mi compi y padre están cogiendo aceituna, yo ese año no voy, y no por vaguería, si no porque hace mucho frío y me han castigado en casa. Pero como tengo la llave :-) me he escapado y he hecho una visita a la madre de mi amiga Presen. Y no doy más datos que se me va la fuerza por la boca. Subo fotos de la noche del viernes y las rondas aquí en mi pueblo.
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