lunes, 4 de abril de 2011

Todos Son Hijos/as De La Tierra y La Naturaleza

... La tierra se removía como desperezándose.
Poco a poco se iban apartando las hojarascas, palicotes y hierba secas que   el frío invierno dejó del color de la tierra.
Timidamente y adormecida, también algo asustadiza, iba haciendo acto de presencia la señora lagartija.



... La vida comenzó a caminar de puntillas  en la primavera.
Inició  abrir sus ojos cegados por el raso  opaco del invierno.
La mariposa tomando contacto con la tierra y calentándose con  los templados rayos del sol.

Una preciosura de potrillo.



Placidamente pastando el un prado.
A buen seguro estas vacas dan una rica, blanca y dulce leche.
A demás de tener comida en abundancia, un arroyuelo pasa sigilosamente cantando unos pasos más abajo.
Todo el tiempo que están en el prado están acompañadas de la melodía de pequeñas cascadas que pasan  rodeando a  las piedras por la cintura y bailando unas veces un vals, otras un tango y otras  veces cantares serranos, depende de la prisa que tenga el agua.

El chotillo no tiene cara de buenos amigos.
Seguro estaba deseando que  me fuera y dejarlos en la tranquilidad del lugar.






Esta mariposa pasaba delante mio y se lucía.
iba y venía como si quisiera que me fijara en ella.
Mis ojos al verla se prendaron de ella. Pero se hacían los disimulados y distraidos, así, como que no la veía.
De pronto se puso cerca de mis pies y comenzó a tener una larga conversión.
Y mi dedo inquieto y perturbado, comenzó a captar su imagen como si disparara dardos relajantes.
Está recién nacida, pues aun no tiene muy solificados sus colores. Se ve que es muy joven por el atuendo  del pelaje y colorido.

Las abejas estaban revolucionarias. Me atosigaron y parecían un ejercito dispuesto a terminar conmigo. Me entró el pánico. Por un momento no quiero exagerar pero más de mil abejas se pusieron por todo mi cuerpo. Setía como sus alas me abanicaban. Anfortunadamente gracias al aire fresco que desprendían sus alas  no me desmayé.
El nublado las pone nerviosas. Así una servidora hizo unas fotos y me alejé como a más de quinientos metros del lugar.


Con el traje de apicultora y la camara de fotos salí zumbando del lugar y dejé solo a mi compañero.
Él está más acostumbrado que yo.
Cuando vino a mi encuentro traía la nariz como pinocho. :-) Le había picado una abeja que previametne se había colado por un agujerin chiquitin que tenia la malla de la careta.


... Dejando que el tiempo corra para ir apurándolo como si fuera un cigarro.

Despojada de mi traje de apicultora.

Es triste llegar a la vejez y no tener un bastón donde apoyarse.

El tiempo  fue pasando por él en  soledad  muchos de los  días de su vida.


No hay que darle nunca la espalda a la vida...


Todas las personas mayores añoran donde pasaron parte de su vida.
El campo, el frío, la soledad del camino...
Las calamidades del destino van dejando una gran huella en las personas.



2 comentarios:

  1. La primavera despierta cuando ya alguno con muchas primaveras a sus espaldas están viviendo su otoño, otoño lleno de recuerdos y vivencias, son un libro deseando abrirse a quien quiera oirle.

    Un saludo,

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  2. Hola Saudades. Gracias.
    Así es, es triste pero la vida es así. El tiempo va haciendo mella en los humanos. Y aunque es primavera, en algunos abuelos es como un otoño que espera a que sus hojas comiencen a secarse y cambiar de color. Afortunados los que llegan a esta especie de otoño, son afortunados aun cuando su vida no ha sido nada cómoda. Lo malo es cuando te quedas por el camino siendo aun joven.
    Aun así, la vida continua y no se para, sigue sus pasos.
    Saludos

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