Eva rodeada de niños. Niños acostumbrados a no tener nada.
Niños que juegan con el sol y el viento que curte su delicada piel y envejece.
Los niños del desierto también sienten hambre y soledad, como cualquier niño.
... De pronto, el desierto sacó la arena de sus oídos para escuchar las voces angelicales de los niños, y los juegos que los mayores invitaron.
Árbol venenoso. Según me ha dicho mi amiga, que hasta los camellos se alejan de él.
Supongo que este árbol en mitad del desierto, debe de ser todos los pecados malvados del hombre por cometer. El viento los arrastra hasta este lugar, para que no puedan cometerlos y así no hacer más daño al mundo. Pero algunos pecados si se escapan, y el mundo anda patas arriba.
Cuando digo pecados me refiero a injusticias. Muchas injusticias juntas, al final envenenan todo lo que tocan.
... si vas al desierto, no puedes dejar visible ni un centímetros de piel.
El sol la irritará, el viento la secará, y la arena la azotará.
Tormenta de arena. Duna femenina.
Cuando las mujeres desatamos nuestra furia, somos igual que una tormenta de arena, podemos arañar hasta el alma, aunque este sea invisible.
... Ellos llevarán tu carga y la suya
... Sigue sus pasos y no te perderás
Mujeres danzando por dunas femeninas
Duna femenina.
La sutileza de la arena puede hacerte perder la cabeza.
Es igual que la sutileza y belleza de una mujer. A veces lo bello, la grandeza, puede esconder pequeñas dosis de veneno. No siempre, pero hay que contar con ello.
Si vas al desierto, no te olvides de tu mejor y fiel compañero, el camello.
... El viento y la arena se bebieron tu sudor...
El pozo recoge las gotas que tu sudor y el de otros va exprimiendo el calor del desierto.
También hasta aquí llegan las lágrimas del desamor.
De la desesperanza.
Lágrimas amargas que el desierto convierte en agua dulce para el sediento.
¿Es la mujer como una duna del desierto de arena?
Es bella pero también aveces traicionera.
Duna femenina, visible, con curvas, delicada pero a veces también difícil de llegar a ella.
El ser humano se nutre de sus vivencia.
La soledad se nutre de ti.
... Y llegó la hora del descanso.
¿Te has preguntado alguna vez cuantos granos de arena puede haber en el desierto?
Supongo que es infinito, no hay números para poder contar.
El ser humano cara a cara con la soledad y la noche.
El lamento del silencio ahuyentó al sol en su ocaso.
Hablando con la inmensidad del silencio.
... solo se escuchaba la respiración del hombre...
El bullicio de la arena del desierto jugando a las escondidas,
o tratando de esconderte
El ocaso del sol difuso y cansado del duro día de trabajo.
Estas fotos son de Presen.
Tenía preparada una chuleta que me fue diciendo Presen de los lugares. Pero como yo no he estado no sé acoplarla a las fotos.
Asi que, Presen si entras pones en un comentario el recorrido, así lo sabremos de tu puño y letra :-)
Bueno, de tu puño que las letras las pone el teclado :-)
Ahhhhhhhh, mañana subiré más fotos
Estas fotos me traen muy gratos recuerdos. Nosotros fuimos a los mismos lugares, no si si a todos, pero parece que coincidimos en el recorrido , y he de decir que tanto Jose como yo vinimos encantados.El desierto... ¡espectacular!
ResponderEliminarbesitos
Gracias Angelita. Realmente se ve un lugar precioso. :-) Yo ya he hecho otro viaje sin moverme de casa. Además Presen me ha contado montones de anecdotas del viaje. Como si lo hubiera vivido en primera persona.
ResponderEliminarYa sé que no es la mismo, pero así me conformo.
Besitos para ti y José, seguro nos veamos en el Pueblo los días de Semana Santa.
Me ha encantado el reportaje fotográfico sobre el Sahara, y me ha traido muchos recuerdos de cuando estuve por aquellas tierras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Disancor, me alegro que hayas vuelto de viaje. Hacer un viaje aunque sea para recordar, siempre es bueno.
ResponderEliminarSaludos y un fuerte abrazo
Que tengs un buen fin de semana
Me encnta el blog
ResponderEliminarSaludos desde el desierto de Marruecos
Hola Sol del sur, me alegra que te encante.
EliminarGraciassssssssssssss
Saludos desde España.
Me encanta el reportaje
ResponderEliminarSaludos desde el desierto de Marruecos (Merzouga)