Una Campesina muy Particular

Es blanca y suave como el algodón.

Inquieta. De ojos enormes que al abrirlos parecen la noche.

Sus orejas son como dos enormes antenas que captan cualquier sonido por pequeño que sea.

Huele a coneja casera. Un olor agradable porque es muy curiosa y yo la lavo las patitas y el culillo cada día.

Es mi preciosa mascota.

La que  un día  se comió el cable del teléfono.

La que tiene los rodapiés de madrea mordisqueados.

Las puertas arañadas.

Pero me da tanto cariño y compañía que es una más de la familia.

Es limpia porque no se hace ni pipi ni caca fuera de la jaula.

Sabe que cada día tiene de premio una galleta, por cierto hoy ha perdido su premio.

Se qeudará sin galleta.

Es mi conejita Bolita 

Aquí donde me ven tan seria y tan buena, no lo soy.

Hoy, jugando con Isa, cuando estaba de espaldas en el suelo, y yo subida en su espalda, me he querido comer una flor verde que luce en su pijama.

El caso que es una flor sin olor.

Pero flor al fin y al cabo.

Así que le he dado un mordisquito con mis dientes de coneja.

Se ha enfadado, ha dado un grito, y me ha pegado con la mano en las orejas.

Además me ha mordido en mis  orejas, para que vea lo que duelen los mordiscos.

Isa es un poco bruta, tiene sus dientes como hojilla afiladas y me ha hecho daño.

Me he metido en la jaula y he llorado.

Después  Isa a venido a pedirme perdón. No sin antes decirme que si yo la muerdo, ella hará lo propio.

Ya me mordió otra  vez, claro yo mordí primera.

Por aquél entonces se me quitó la costumbre,  pero hacía tanto tiempo que se me había olvidado.

Hoy me he dado cuenta del dolor que causo al morder a los humanos.

De verdad de la buena, no lo volveré hacer a menos que sea para defenderme.

-¿Me perdonasssssssssssss Isa?

"Y cómo no te voy a perdonar, si te pones tan mimosa y me lames los pies."

Seguro que cuando me descuide y me tire con ella en el suelo a jugar, se la habrá olvidado y volverá a morderme.

Y yo de nuevo volveré a morderla la oreja para que sienta mis dientes.