Enrique, Julian, Jorge, Juan, Jesús, Jerónimo, Juanjo ... era un niño enclenque, delgaducho con ojos verdosos saltones tan grandes como la luna llena. Delgado, de piernas finas y tan largas como las de las arañas.
Allí estaba junto a otros niños en el patio del asilo en Toledo. Tuvo la desgracia de quedarse sin madre siendo un niño. A una corta edad, fue internado en el asilo para niños huérfanos y pobres.
Los internados por los años sesenta, setenta y ochenta, eran como "pequeñas cárceles" en donde la disciplina había que seguirla a raja tabla. El miedo andaba siempre presente por temor a los castigos.
No había un solo árbol torcido porque los celadores o las monjas lo enderezaban rápido a golpes de palos de escoba, o con tirones de pelo. En estos centros las humillaciones delante de los demás niños eran constantes. Si por la noche tenías la mala suerte que el miedo nocturno no te dejaba levantarte a hacer pis, al día siguiente todos eran testigos de que tu cama había sido mojada. Todos los niños entonaban a coro una canción dirigida por el celador o las monjas: meón, meón, meón,... Como tuvieras la mala suerte de hacerte pis o caca y ese día acudiera tu familia a visitarte, estabas listo que no la dejaban verte. Se habían gastado el poco dinero que tuvieran en el viaje, y se tenían que dar la vuelta sin ver a su hijito/hijita. Esas perrillas de la esperanza para viajar a Toledo a ver a su hijo se habían esfumado porque el niño se había hecho pis en la cama durante el sueño nocturno.
Y así fueron educados muchos niños/niñas que a día de hoy son personas adultas.
Enrique se hizo grande. Aprendió las cuatro letras para saber leer.
Un día salió del colegio y al igual que su padre se puso de cabrero.
Se tuvo que a climatizar a los dos opuestos que en ese momento su vida le brindaron como es de estar internado, ha estar en plena libertad en el campo y dirigiendo un rebaño de cabras.
Para él eran dos opuestos tan grandes estar encerrado en un internado y estar todo el día en contacto con el campo a plena naturaleza, que pronto asimiló que era así más feliz. Comenzó amar la naturaleza. Se hizo cabrero. Salía todo el día al campo con su rebaño. Silbaba a las cabras y estas le hacían caso. Se sentía un ser importante.
Los cabreros son los mejores aliados y los que más respetan la naturaleza y el medio ambiente, ya que es su medio de vida. Son sus rebaños quienes se comen el pasto seco y preven con ello los incendios. Sus rebaños al pasar cada día por el mismo sitio, no dejan que crezca la hierba y van formando cortafuegos naturales.
Enrique eral algo descuidado y su ganado entraba en otras fincas. Se comía las flores y hortalizas de los huertos. Se le moría una cabra y no se ocupaba de enterrarla. Por decirlo de alguna forma, no tenía muy desarrollada la actitud de la responsabilidad. Antaño decían que la letra con sangre entra. Ni la letra con sangre entra, ni los castigos y humillaciones hacen más responsables a las personas, si no, que las hacen temerosas, huidizas y faltos de comunicación, a menos que sientan un cariño muy directo hacia ellas.
Un día se hizo un gran incendio en el monte por donde andaba Enrique, y como no había otro inocente por el monte, fue a Enrique a quien endosaron dicho incendio. Qué injusta en la vida con algunas personas a las que sólo sabe que darle mamporros. Y ahora Enrique está de nuevo preso. A buen seguro en sus noches de soledad le volverán los recuerdos de cuando era niño y estuvo interno en el asilo para niños huérfanos y pobres.
Pongo este enlace para que no se olvide a esta personas:
http://viajarenminubeii.blogspot.com.es/2012/09/referente-jrm-presunto-culpable-del.html
Un bellissimo post il tuo, con la speranza che queste storie non accadano più!!
ResponderEliminarun abbraccio...ciao
Gracias Giancarlo, ojalá no vuelva a ocurrir y se solucione todo para el cabrero.
EliminarSaludos y otro abrazo para ti
Isa....
ResponderEliminarIsa....
ResponderEliminarIsa..." Historia de la carcel...."
ResponderEliminarQue lamentable lo que has escrito..
Un comisario aqui en Argentina dijo....
" mas vale un delincuente suelto que un inocente preso "
¡¡¡ terrible relato !!!
un beso
( he regresado a tu blog a probar como me has dejado dicho, de las letras verificadoras y oh sorpresa....jajaja he puesto dos veces solo Isa para probar y a pasado volando jajja ahora es una belleza enviarte comentarios.
Hay varios que los tienen, hasta en mi blog,he preguntado y me han dicho las tienes a esas letras y las he sacado facilmente, nosè como jajaja )
Gracias por estar... y esas bellas fotos de las cabritassss
Hola Doris, graciasssssssss por intentarlo de nuevo.
Eliminar"mas vale un delincuente suelto que un inocente preso"
Esto mismo pienso yo porque si el inocente paga lo que no ha hecho, saldrá de la cárcel endemoniado y después no repará en hacer por lo que anteriormente se le atribuyó y encarcelado injustamente.
A mí me sucede eso de ser inocente y pagar lo de otros, y supongo que el rencor que iria acumulando en mi mente y córazón, después no me pararía nadie para destruir el mundo si es preciso.
Esperemos que el Juez y su abogado estén bien informados y puedan hacerle una defensa justa.
Saludos y un abrazo enormeeeeeee
Una dura historia donde la persona le persigue el drama y el dolor. Ennorabuena.
ResponderEliminarun abrazo
fus
Hola Fus, gracias por regalarme unos minutos de tu tiempo.
EliminarNo se trata de que haya tenido una vida dura y dramática, se trata de que si es inocente no debería estar pagando el desastre que otro u otros han causado.Graciasssssssssssssss.
Saludos y un abrazo
Solo leo maravillas en tu nube
ResponderEliminarsaludos y abrazos
antonio guzzo
Hola Antonio Guzzo, gracias.
EliminarOjalá lleguen a leerlo las personas que puedan hacer algo bueno por J.R.M y le ayuden a demostrar su inocencia.
Saludos y un abrazo
Que gruda es la vida con algunas personas. Eso de la cabeza de turco, no es nuevo por desgracia. Muy bien redactado. Gracias por tu visita a mi blog TODO LABORES.
ResponderEliminarBESAZOS
Gracias a ti. Esperemos que en esta ocasión no sea así y no pague un inocente.
EliminarSaludos y un abrazo
Muy triste tú entrada. Sabemos que ocurren todas esas cosas que cuentas, pero es algo tan horrible que nos cuesta creerlo. La vida es muy injusta con personas como Enrique.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Disancor, sí es muy triste pero ahí está.
EliminarSaludos y un fuerte abrazo
Isa,esta historia sobrecoge,la has contado de maravilla y de forma muy clara,amiga.
ResponderEliminarOjalá Enrique sea tratado con justicia y su vida tenga mejor suerte,que hasta ahora ha tenido.
Mi gratitud y mi abrazo por tu cercanía y buen hacer.
M.Jesús
Gracias María Jesus, y gracias a ti por leelo.
EliminarSaludos y un abrazo enorme
Isa,esta historia sobrecoge,la has contado de maravilla y de forma muy clara,amiga.
ResponderEliminarOjalá Enrique sea tratado con justicia y su vida tenga mejor suerte,que hasta ahora ha tenido.
Mi gratitud y mi abrazo por tu cercanía y buen hacer.
M.Jesús
UNa crónica muy visceral y humana. Además es retrato vigoroso, semblanza de este cabrero, que fue tallado -prácticamente- a golpes, vejaciones. La escuela y estas instituciones de internado, antes que enseñar, buscaban disciplinar, y no se pensaba en medios pedagógicos, sino punitivos. UNo se pregunta, cómo la sociedad no es peor. Me ensalma ese juego de extremos de tu crónica: soledad y encierro de internado, y libertad oxigenada, de cabrero. UN abrazo grande, mientras el sol arde arriba, en este septiembre. Carlos
ResponderEliminarGracias Carlos, a ver si es posible ayudarle a que se demuestre su inocencia.
EliminarSaludos y un abrazo muy grande