miércoles, 30 de septiembre de 2020

Berenjenas rellenas al horno

Se cortan las berenjenas por la mitad y se ponen en el horno manchadas de aceite de oliva.
Mas o menos 30 minutos. Hay que ir mirando si la carne está blanda.

Queso de cabra al Romero.
Hay que quitar el Romero que hace de corteza, porque ya sabe a queso y Romero. 



Mientras se asan las berenjenas en una sartén ponemos cebolla a pochar, ajo, un trozo de calabaza en trozos pequeños y finos.  Seguido echamos carne picada,  yo hoy la he puesto de pollo de la parte del contramuslo, que es más jugosa, se rehoga bien con las verduras. Seguido un tomate cortado por la mitad y rayado  que se vaya haciendo a fuego lento. Cuando ya ha reducido y no queda caldo del tomate ponemos un poco de cominos en polvo, orégano y albahaca, todo seco, Se mezcla bien con los ingredientes de la sartén. Se apaga la placa y dejamos reposar. 
Sacamos las berenjenas del horno y descarnamos  para hacer hueco y poder rellenas las berenjenas. Lo juntamos con los ingredientes de la sartén en trozo pequeños y mezclamos para que todo coja sabor. Rellenamos las berenjenas con todo ello. Ponemos un trozo de queso en cada mitad de las berenjenas. Gratinamos. Emplatamos.



Esto es lo que he comido hoy. Está deliciosooooooooooooo.
Mi compañero cuando llegue se comerá como lo que hay en este plato pero con tres medias berenjenas más


Este tomate ha ido a la salsa

De aquí quité un trozo de calabaza para el relleno.

Hoy voy muy tardía porque he tenido que ir al hospital como cada mes.
Todo perfecto.

 

martes, 29 de septiembre de 2020

Ictus.

 Amaneció un día entre otoñal y primaveral. Algunas nubes en forma de piel de cordero asomaban dando los buenos días. Los aviones en el cielo dejaban sus estelas algodonadas a su paso formando varias figuras.  El paseo en solitario con su padre hacia sentirse más relajada. Cuando el mundo despertaba la algarabía en el camino era  como un alborotado colegio de niños infantiles cuando cogen carrerilla. 

Asomaron las primeras bicicletas con sus ciclistas bien  ataviados con sus maillot y culottes. Guantes con medios dedos, gafas, cascos y zapatillas de ciclismo, una botella de agua metida en un bolsillo de la bicicleta. No les faltaba detalle alguno. El primero dio los buenos días, los demás asentían con la cabeza. Algunos coches comenzaron hacer ruido y soltar sus humos negros. Afortunadamente había un viento muy liviano que transportaba  los humos y se los llevaba  y camuflaba entre la arboleda.

Pasó también un rebaño de cabras.  Pocos rebaños hay, decía su padre, algunas lágrimas salieron de sus ojos recordando los tiempos de cuando él era joven y se iba al campo de cabrero con su padre. Enseguida sus ojos se quedaban secos y su voz se apagaba.  Cada vez que José se movía arrastraba sus pies y la música clásica de su andador envolvía el ambiente. Los vecinos ya sabían que José andaba como cada mañana de paseo. 

Él era quien dirigía la dirección del paseo y la velocidad que era lenta y muy pausada.  Poco hablador a su hija el tiempo se le hacía eterno. Afortunadamente ella se entretenía con el teléfono móvil. La gran mayoría de las personas mayores se repiten mucho pero a la vez tienen muchos silencios. José decidió que ya era hora de volver a casa. Emprendieron el regreso lento pero seguro. 

A la hora de la comida no quería comer, decía que no tenía hambre. Su cuerpo comenzó a temblar. Apenas dos trocitos de pollo comió, un yogur y dijo de acostarse la siesta. Su hija le ayudo y le puso dos mantas porque aun solo tenía una. Ella quedó intranquila porque nunca había sucedido nada de eso. Sobre las cuatro de la tarde fue a llamar a  su padre  para ayudarlo a vestir. Pero su padre no podía levantarse. Su hija dio un grito para llamar a su marido y levantarlo entre los dos. Lo vistieron y llevaron hacer pis. Lo tenían que llevar sujeto entre los dos. Su hija comenzó a preocuparse y sabía que algo no iba bien. Lo sentaron en la mesa de la cocina. Merendó una mandarina y una tortita de anís que le encantan. Seguía sin fuerzas y decía que la cabeza no iba bien. Celia le tomó la tensión y era elevadísima. Su padre tenía la tensión por las nubes  y las pulsaciones se le había disparado a 97 por minuto, cuando él normalmente tenía 60 0 70 como mucho. Ahí Celia se dio cuenta de que algo sucedía. Le dio media pastilla de seguril para bajar esa tensión y cada media hora  la tomaba de nuevo . Comenzó a bajar. Pero su padre seguía sin poderse levantar del sillón. Según pasaban las horas comenzó a levantarse con dificultad y a caminar más despacio que de costumbre, en todo momento su hija y su yerno iban a su lado por si se caía. La tensión iba bajando. Pero las pulsaciones seguían altas.

Sobre las 19:00 horas estaba mejor pero le vieron que estaba ladeado, echado hacia un lado. Celia se puso en contacto con un primo que es médico. Le explico lo que sucedía a su tío José. Le dijo que por la mañana estaba todo bien y que al mediodía fue cuando notaron que no estaba como habitualmente. Lo único que había cambiado ese día era que su hija le puso una inyección que tiene que ponerle todos los meses mandada por su Nefrólogo. Cada mes tiene un síntoma diferente. Unas veces se le suelta la tripa, otras se estriñe mucho. Era la primera vez que le sucedía esto. El primo les dijo que miraran contraindicaciones y efectos secundarios de la inyección.  Una de cada diez personas puede causar un ictus. Un ictus pasajero dijo su sobrino. No os preocupéis por  eso de que se va para un lado, ya que  se le quitará también. Nos dijo que llamáramos a urgencias y dijéramos lo que  había sucedido  y que fue a las pocas horas de haberle inyectado .

 Celia le preparó la cena. Solo tomó un poco de sopa y un yogur. Decía que se encontraba mejor. Tenía más fuerzas y la tensión y pulsaciones estaban casi normales. Llegaron médica y enfermera de urgencias. Celia se quedo más tranquila. Muy buenas profesionales. Le dijeron que se levantara. Se levantó aunque le constó un poco. Le hicieron unos ejercicios, y apretaba fuerte con las dos manos. Caminaba con el andador como siempre. Dijeron que lo que fuera se le había pasado. Ya no se iba hacia el lado derecho, estaba recto. Celia enseñó la caja de una de las inyecciones que le había puesto en la mañana. Tomaron nota. Y dijeron que le observarán. Todo parecía normal y que dado que los hospitales estaban con lo del covid-19 no le iban a exponer. Celia se relajó porque era lo que temía que tuviera que ir al hospital.  

Su hija estuvo toda la noche despierta y muy nerviosa pensando lo que se le venía encima. Cada dos por tres bajaba a ver como estaba su padre. Él decía que estaba bien que se había levantado  hacer pis. Buena señal. Por la mañana su hija le pregunto qué  qué tal estaba, estupendo dijo, pero estoy muy a gusto en la cama. Ictus pasajero como dijo su sobrino y Celia el corazón encogido toda la noche. Sus tripas abrasaban, su cuerpo se descompuso,  estuvo todo el día  del domingo con colitis. El culete la echaba fuego porque en  su interior algo se descompuso y la acidez  hacía que  su estomago y tripas parecieran en llamas. Los nervios se agarraron al estomago y descompusieron.

El domingo José desayunó normal, salieron de paseo y todo perfecto. La fortaleza de algunas personas es increíblemente  de asombro. Naturalmente estas inyecciones no se las van a poner más veces. Consultaran con el médico pero no más inyecciones dijo su hija.


lunes, 28 de septiembre de 2020

De todo un poco

Requesón. No, esto no lo he inventado yo, lo he copiado de Peña y Tamara.
Hacen un programa de cocina en TVE y yo compro de vez en cuando requesón, pero me ha gustado más este porque lo he hecho yo y no lleva conservantes, ni azúcar ni sal. 

Recuerdo cuando mis abuelos hacían queso para que cuajara la leche, le echaban un trocito  de estomago del cabrito,  Lo mantenían envuelto en ceniza de la lumbre. La leche cuajaba para hacer el quedo de cabra. 
No he vuelto a comer quesos como aquellos.


Requesón con miel.
Riquísimooooooooooooooooooooooooo 
Se necesita un litro de leche entera. El zumo de medio limón.
Se pone a calentar la leche. Cuando va a comenzar a hervir, se ve muy bien porque comienza a salir como una espumilla y echa mucho humo al estar la leche muy caliente.  Se apaga el fuego. Se retira del fuego para que no siga calentándose. Echamos el zumo de medio limón que previamente habremos colado para que no caiga ninguna pipita ni pulpa del limón.
Se mueve con una espumadera y verán que se hacen granitos de leche porque se está haciendo el requesón. Cuando la leche queda con dos colores, uno el requesón y liquido transparente llamado suero , colamos en un colador de tela si no se tiene en colador y gasa. Se deja escurrir. 
El suero que se separa del requesón nos puede servir para hacer puches, o para cocer pasta. A mí me gusta y me lo voy bebiendo a lo largo del día.


Secando té verde.
En mi pueblo en los huertos sobre todo de las personas mayores hay mucho té. 
Se ve que antes como no podían comprar café, desayunaban con té. 
Este té se lo pidió mi compañero a un amigo y ahí lo tengo secando.
Este ya está desprovisto de las ramas. 

Este aún no lo he limpiado y las hojas aun siguen adheridas al tallo.
Cuando estén secas haré té delicioso. Nada que ver a esto que compramos metido en bolsitas para no tener que colar. Yo prefiero colarlo y que sepa sólo a té. 
Tiene un sabor especial muy agradable. No necesita ser endulzado. Yo lo tomo sin endulzar o con miel.
De cualquiera de las formas está rico.
Estas hojas de té tienen por lo menos seis años y aun guardan el sabor dentro de ellas.
Ya sólo me queda éstas por lo que me he provisto de más para poder tener  durante más tiempo. 
Las personas mayores  eran y son sabias porque sin haber tenido medios para estudiar son los que nos han enseñado a ir conservando todas estas cosas naturales. 





 

viernes, 25 de septiembre de 2020

Alertaaaaaaaaaaaaaaaaa

 Quiero avisar que llevo varios días que me hacen llamadas al fijo desde un número de teléfono   móvil.

Primero desde Madrid con 91 delante. Luego un móvil.

Esta mañana ha llamado un número de teléfono  con estos cuatro dígitos 0044... terminaciones 88 que es de Reino Unido. Nunca, nunca acepten algo que no han solicitado. Le dirán que su Microsof no funciona. Mentira.  Mejor llamar a un técnico y que miren el ordenador. Seguro que su ordenador está perfecto.

Naturalmente no lo he cogido y es un numero que detrás hay personas que estafan.

Al tener identificación de llamada en el fijo veo todos los números que me llaman. Consulto a quien pertenecen. 

Si no conocen la llamada de un  número en su fijo no lo cojan porque le pueden estafar y pedirle el numero de su cuenta corriente y se la dejan en números rojos. 

Qué caras duras. Avisen a todos sus contactos. Y sólo acepten aquello que ustedes han solicitado.

Hay que ser desconfiados porque hay mucho y mucha  sinvergüenza suelto.







Seguiré experimentando para que salgan más bonitas las gotas.
Buen fin de semana.


miércoles, 23 de septiembre de 2020

Tortitas con pisto, con yema de huevo, con frutos rojos,...

Tiempo de entretenerse más en la cocina. 
Yo suelo hacerlo todo natural. Compro muy pocas cosas hechas. 
Todo lo del pisto que estuve haciendo ayer son productos del huerto. Huerto ecológico porque no lleva  abonos químicos. El abono del huerto es de caca de vaca.

El pisto está compuesto de: aceite de oliva virgen. cebolla, calabacín, pimientos verdes, berenjenas, calabaza, tomates  cherry tomate normal,  mucho amor y a fuego suave. que vaya pochando despacito.


Rubíes deliciosos 

Árbol con granos de granada.

Queso fresco de cabra con miel y granos de granada.
Cena de anoche

Cestita con queso  de cabra fresco y granos de granada.
Cena de mi compañero.

Tortita de harina de arroz 
Hago la mezcla con agua y un pelín de sal. 
No sé las medidas porque lo hago a ojo de buen cubero. 

Esta se ha quemado un poco pero igualmente está deliciosa con chocolate espeso. :-)

Huevo frito con tres gotas de aceite.

Separación de la clara dejando solo la yema de huevo

Tortita con yema de huevo. Deliciosooooooo
Quito la clara porque no la puedo comer.


El pan de arroz no me gusta porque es un pan muy insípido y caro. 
Yo me hago tortitas y las mezclo con diferentes alimentos poco salados o dulces.
Como estamos confinados por estos lares, me meto en la cocina a investigar que puedo hacerme para comer. Claro también para hacerle a mi compañero. 

 

lunes, 21 de septiembre de 2020

Lluvia atormentada

El fin de semana ha llovido mucho y bien llovido.
Principalmente ha llovido por la noche cuando la gran mayoría de las personas duermen, o no están trabajando.
La berenjena  se puso muy contenta porque tenía mucho polvo de todo el verano. Ella como los demás productos del huerto recibieron una gran ducha fresquita. 

El pimiento decía más, quiero mássss, no pares, sigue sigue, no pares,...Este pimiento es algo verde, bueno muyyyyyyyyyy verde jajajaja.



La gota, agotada por la caída sin paracaídas, se agarro a la rama.

El agua estampó a las moras de moral en la corteza del árbol. que hizo una gran limpieza desterrándolas de las ramas y llevándolas casi al suelo.

Los olivos pedían con clemencia algo de humedad, aunque fuera una meadita de los Ángeles.
Creo que suspiraban de gusto al recibir agua fresca del cielo.

Salimos de paseo por el campo y este perrito bebía agua de la fuente.

Castaño encarcelado.
Es para que no se lo coman los animales y así pueda crecer y hacerse fuerte.

Las  castañas estaban secas en los castaños,  ni lágrimas tenían para desahogarse.

Árbol enfadado. Yo no le escuchaba gritar, pero me lo imagino, ya que la sequedad le hizo perder sus hojas. Perdió su vestido de seda color verde aceituna, con el que bailaba todas las noches con la luna. 
Incluso algunas estrellas que por San Lorenzo, con la lluvia de estrellas, se adhirieron a las hojas más grandes, fallecieron al caer al suelo ya que los insectos al ver su luz se las comieron.

Castaño con solera.
Este año las castañas en mi pueblo están aun muy chicas. Cuando no se alimentan no crecen. Esto creo que es lo que me pasó a mí. No crecí porque tuve poco alimento cuando lo necesitaba. 
El alimento y el cariño hace a las personas más grandes. Grandes de estatura.

Es curiosísimo ver los erizos aún sin  desarrollar. 
Más curioso aun cuando el erizo se abre y se ve la castaña reluciente y preciosa. Tienen un brillo impresionante.  

Bonitos pero no guardaban nada en su interior. 
No crecieron por dentro. 
Esto les pasa a muchas personas, tienen mucho cuerpo,  pero no crecen por dentro. 

Hermosa rama llena de erizos de castaña.


Mi pueblo desde otro   lugar.
Justo está tomada bajando por el camino de la Fuente Fría.

El cielo con nubarrones. Pero hizo un alto para que pudiéramos respirar y saborear la tarde del sábado. 

Árbol con los pelos de punta. Se le nota muy enfadado. Se secó y ya ni los pájaros quieren acariciarle.
Justo en ese momento hablaba con las nubes. Creo que las nubes lo consolaban. Él le decía piropos a las nubes esponjosas de algodón.

Rama seca del castaño. No aguantó sin agua y al final se secó.
Nos dimos un paseo bello por alguna zona de mi pueblo. Mi padre se quedó viendo los toros y a nosotros la Televisión de Castilla la Mancha nos hizo un gran favor.


 

jueves, 17 de septiembre de 2020

El Sol no se asustó de la mascarilla

El Sol  no se asustó de la mascarilla.
Él seguro también se la pondría,
hay tanta  basura en la tierra,
sube el desorden  para arriba,
 se le quitan las ganas de salir a calentar la tierra.
Aunque ya está muy caliente
porque los políticos siempre están a la gresca.
No aprenden.
Nos echan la culpa a los ciudadanos de la expansión del virus.
Todos nosotros hemos hecho bien los deberes.
Ellos no los han hecho.
Han tenido tiempo de sobra. 
Se han tocado los huevos y los ovarios
La vuelta al cole y al trabajo, y todo por hacer.
Seguro que se quejan de sus sueldos.
Deberían   repartidlos o quedarse sin ellos.
Así están miles de personas en España, 
sin trabajo, sin suelto y sin tener  alimento para  sus hijos.
El caos es tremendo.
Los políticos deberían de salir de las oposiciones y no a dedo.
O por vocación, o por examen,  nunca por afiliarse a un partido.
Creo que el demonio anda suelto,
  su rabo se ha quedado enganchado en alguna puerta de Madrid.
Abran las puertas para desengancharlo,
 que se vayan al infierno con el Covid-19