lunes, 10 de septiembre de 2018

Melocotones

Son del color del sol.
De un bello amanecer, los más oscuros de un ocaso.
Su olor embriaga los sentidos
Su sabor quita todos los males.
Mi vecina Isabel  y Regino, nos surtieron de ricos melocotones.
Huele la casa a dulce de melocotón.
También huele a melocotón en almíbar.
A mermelada de melocotón.
La dulzura se pasó por unos días en casa de mi padre.

Vino  también  Mari Reyes a vernos y nos  trajo más melocotones. Están deliciosos.

Cada mañana salimos a caminar.
Habla con otras personas de su edad. Se relaciona y la vida la ve diferente.
Ya tiene confianza. La escara le duele menos. Hoy se la curaron y le pusieron una gasa con medicamento impregnado para que termine de rellenarse el hueco.
Ha mejorado mucho desde el viernes. Está más sana. Pero aún necesita cuidados.
Ya le he dicho que tengo que irme con mi marido. Hacer de nuevo mi vida. Tengo el corazón partido. Necesito nadar, necesito sentir ruido. 
El silencio me abruma. La tranquilidad del pueblo me crispa los nervios.
La soledad me hunde.
Yo no soy de esta vida. Él sí es feliz donde se ha criado. Por eso le entiendo y comprendo que no quiera salir de su pueblo.
Le propusimos que se viniera con nosotros, pero entiendo su negación. Él no es de capital, y yo no soy de vivir en el pueblo. Yo el domingo volveré a mi casa. Él seguirá aquí ayudado por otra persona.

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