martes, 12 de junio de 2018

El sol se constipo .

Las nubes caminan cansadas. No pueden con la mochila cargada que llevan en sus barrigas. El sol con ojos de pillo, nariz de aguilucho y boca con sonrisa amplia, cede el paso a las nubes que cansadas resoplan.
Un águila que vuelve del desierto sediento, intenta picotear la panza de la nube más cansada. La cantidad de agua que sale de la nube atraganta la garganta del águila. Éste, de pronto zozobra y se choca con la luna que después de varias noches sin dormir se le olvidó  esconderse. El sol estornudó, sus mocos los absorbió una nube joven que asombrada al ver al águila ahogarse con el agua, iba con la boca abierta. Ese estornudo del sol que la nube se bebió hizo que se contaminara. Una nube contaminó a otras. Cuando al día siguiente llovió, toda la tierra y los seres  que vivían en ella enfermaron. Los más fuertes se curaron. Los más débiles en la noche cuando los cuidados se relajan murieron.

Me puse a escribir desde el hospital. Hoy murió una abuela en el hospital. Nadie se enteró. El silencio de la noche, enmudeció su muerte. En la mañana cuando pasó la enfermera hacer curas y a tomar la saturación de oxígeno en sangre, se dieron cuenta después de llamarla varias veces, que yacía cadáver en la cama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario