jueves, 23 de noviembre de 2017

Hacerse la muerta

Su mente flota haciéndose la muerta, mirando al cielo, no temiendo nada.
Ni el ruido, ni las gentes nadando la desconciertan.
Su mente se para, sus brazos se abren, sus piernas se estiran.
Su corazón late, se deja llevar, baila un vals con el agua, él es quien  la lleva como ave que vuela.
Recuerda antes de nacer, en la tripa de su madre  también nadaba y su mente flotaba.
El agua acaricia su cara, lame sus pies, conserva la calma.
Se siente liberada porque el agua se hizo su amiga  ahogando  los fantasmas que la torturaban.
El agua es su amiga y baila con ella todas las mañanas.
Ya no cierra los ojos, ni ve pozos llenos de maraña  porque ella se siente a gusto dentro del agua.










No hay comentarios:

Publicar un comentario