Nunca supe lo que se siente al poder nadar como sirena.
El miedo que sentía al no poder poner los pies en algo firme, me privó de poder disfrutar en el agua de piscina y en la playa.
Por fin, llegó el día de perder mis miedos,
de disfrutar nadando o haciendo ejercicios aeróbicos dentro del agua.
Es una gran sensación, es como si asaltaras el cielo.
Por primera vez volé sin tener alas.
Es como tener un orgasmo muy fuerte, de esos que te dejan relajada y con ganas de volver a tener otro igual.
Probé las aletas en el agua y la verdad, da una tremenda agilidad.
Con las aletas, te sientes libre, vuelas y vuelas sin que nada te frene.
Lo gocé a tope. No es un gozo sexual, si no mental.
Es como si te despojaras de todo tu ser y fueras una rafaga de viento.
Te crees pájaro, te crees mariposa, viento, brisa y huracán.
Tu mente se libera, y tu cuerpo elimina todas las barreras, siendo pluma, siendo hoja, siendo sirena en la mar.
Si algún día mis fuerzas me abandonan, el agua y las aletas me las darán.
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