miércoles, 27 de septiembre de 2017

Para eso que llaman vida...

Para eso que llaman vida, habría que tener un manual para poder sobrevivir.
A mí no me importa equivocarme una, dos, tres,...  Aprendemos de nuestros errores. Todas las personas nos equivocamos, y quien diga que no es un mentiros@. O por el contrario, no tiene ningún tipo de vida social. Vida social le llamo a estar comunicado con el resto de los mortales. Bien sea in situ, o por cualquiera de las redes sociales, blogs,  teléfonos etc,...
Equivocarse es de humanos, y rectificar de sabios. No soy de esas personas que cuando se equivoca se enrosca en su concha de caracol para ni ver, ni ser vista. No me importa que la gente hable de mí y diga tal o cual cosa. Quiero seguir equivocándome y rectificar las veces que haga falta, porque de esta forma, aprendo de la vida.  Saber que cada equivocación podemos trasladarla a una simple anécdota y contarla sin ningún tipo de perjuicios o vergüenza. Cada equivocación, es un aliciente, una batalla  para seguir aprendiendo de la vida.



Se equivoca
con ello pierde amistades
le abrazará la soledad.
*********
Él se fascina
ella elude mirar
sus bocas forman un todo
*********

¿A qué te sabe este  otoño?
A mí a languidez, 
a reposo, a hojas secas, 
a desnudez, frío, recogimiento,...
También sabe a calor humano.
 A castañas asadas.
A los zafiros prendidos   en  las granadas.
En estos tiempos de alborotos e imposiciones,  
tiene sabor a incertidumbre.
Aveces llega el olor amargo de la desgracia,
 de enfrentamientos de  hermanos, amigos, y familias rotas.
Este otoño huele a sangre derramada.
Ojala los aires se lleven este último aroma, 
y de nuevo vuelva la concordia.











10 comentarios:

  1. Pues no eres original, la mayoría de las personas nos equivocamos, algunas como yo varias veces incluso repito los errores, si me lo hacen notar rectifico, si nadie me dice nada sigo en mis trece. Y de las mujeres dicen que tropezamos siempre en la misma piedra, yo creo que la segunda vez vale, pero la tercera seguro que la culpa es de la piedra. Un abrazo grandote y alegre

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. :-) :-) :-) Eres única para sacar una gran sonrisa.
      Abrazosssssss

      Eliminar
  2. Sobretodo que no huela a sangre. Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Gracias Susana. Ese es el miedo que tienen las personas mayores que ya pasaron por la Guerra Civil Española. No soy muy creyente, pero ojalá Dios quiera que no suceda nada y podamos seguir teniendo las vidas tal como están en estos momentos.
    Saludos

    ResponderEliminar
  4. Las medidas tomadas en su punto adecuado son las que pueden evitar males mayores ¿cuánto hemos aprendido de la historia? ¡Poco!
    La cosa está muy feita, hay mucho daño hecho, pero con habilidad e inteligencia, aún es recuperable.
    Admito con humildad que me puedo equivocar...
    Besos.

    ResponderEliminar
  5. ¡Cuánto se podría corregir si los que se equivocan tuviera la decencia de rectificar! Mucho me temo que el orgullo y la prepotencia de algunos lo hace inviable. El cromatismo otoñal lucirá con sus mejores galas, nuestros ojos lo verán mediatizado con los colores que marquen nuestras vivencias.
    Un abrazo Isa.

    ResponderEliminar
  6. Equivocarse es humano .lo dificil es decir perdon o quizas cometer la misma equivocacion varias veces
    un placer ha sido leerte

    ResponderEliminar
  7. Idsa, me encanta la naturalidad con que afrontas ese aprendizaje de la vida...La equivocación es humana y sana, es necesario arriesgarse para vivir e ir adquiriendo experiencia y sabiduría...Te felicito por tu amplitud de mente y tu valentía.
    Mi abrazo y mi cariño, amiga.

    ResponderEliminar
  8. Muy bonita entrada.
    Feliz fin de semana.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  9. Hermoso post Isa, felíz de pasar de nuevo por aquí.
    Cariños desde Perú.

    ResponderEliminar