miércoles, 28 de junio de 2017

Subida a la Cabeza del Oso en El Real de San Vicente

Fue difícil. No es imposible pero tardamos en subir y bajar cuatro horas. Comenzamos a las 6 de la mañana y volvimos sobre las 10:00 horas de la mañana. Peor es la bajada que la subida. Realmente se tarda menos pero tuvieron que hacer varias paradas por mi. Quienes me conocen ya saben que mi caja de cambio está parcheada, y yo necesito más tiempo que los demás para poder hacer caminatas. Fue muy agradable y una gran meta conseguida. Agua, hay que llevar agua y controlar bien el terreno. Ir con cuidado porque se corre el peligro de quedarse entre las zarzas. Ir con palos o bastones para poner siempre por delante antes de poner el pie. Hay agujeros en la tierra que entran más de un metro. Ir al menos 4 personas por si surgen problemas y que alguna persona pueda dar la voz de alarma en caso de 
algún accidente.

Texto de mi propiedad, pero copiado  de facebook y pegado aquí. :-)




Estas cuatro primeras fotos son de José María.
Por cierto, son preciosassssss.


Aquí emprendemos la marcha.  







Realmente es difícil pero  los amigos te lo hacen más fácil.


A ell@s no les cuesta porque están sanos como un gran puñado de garbanzos, pero una está algo enclencle y bueno. Lo más importante es poder hacerlo, y eso lo conseguimos.



Es una maravilla ver despuntar el día y verlo justo, a tus pies.




Esta marcha era algo que quisimos hacer, hace mucho tiempo, pero  por h o por b nunca hicimos.

 Lo hicimos y muy contentos de haberlo logrado. Aunque yo sí pensaba que no sería capaz de llegar a la cima.



El paisaje espectacular





























Tod@s podemos conseguir lo que nos propongamos. Unos tardaran más o menos, pero al final se consigue con ganas y con personas que  te lo vayan haciendo fácil. La vida está hecha a base de metas que nos vamos poniendo. Las más difíciles surgen solas y son las que  más cuestan y  hay que ir salvando.

martes, 20 de junio de 2017

Un día como hoy...



Un día como hoy hace 57 años, nació una estrella.
Pero la vida pronto intentó apagar su luz.
A los cuatro años de su nacimiento, quedó semi a oscuras.
Con el tiempo, volvió a dar luz propia.
Son muy pocas personas las que le han visto resplandecer en el silencio y en el anonimato.
Pero ella, cada día luce más, y más, porque la vida le enseñó, que no es más feliz quien más tiene, si no, quien menos necesita, y quien se conforma con ver amanecer cada día.

La felicidad no es tener  grandes cosas, ni ser grandes. La felicidad lo da el conformismo, y el querer seguir viendo a los demás sonreír, y que sus sonrisas te hagan sonreír a tí. Sí, a ti que estás leyendo esto y tal vez hoy tengas un mal día. Solo por haber amanecido y estar vivo, ya es un aliciente para ser feliz. Aunque hoy el día está gris, tú puedes poner del color del arco iris.
Aunque esta noche no hayas podido dormir, piensa que hay más noches para que te hartes del sueño.
El 20/ 06/ 1960, nació una estrella más  que tiene luz propia. Este es su pueblo y aquí luce sin que se den cuenta. Cada uno de nosotros somos una estrella y hemos llegado para dar luz cuando la oscuridad hace su presencia.