jueves, 26 de septiembre de 2013

Volvemos con las vacaciones. Cuarto día de Santillana del Mar a Santander.

Aquí llegamos con el bus. El coche lo dejamos en le parkin del hotel.

Un recorrido por la Catedral de Santander





 La verdad es que es preciosa
Unas vidrieras preciosas


Bóveda 
Dentro de la Catedral
Organo
Columnas




Esto tiene su historia pero ahora mismo no recuerdo. Dentro están cabezas disecados como no podía ser de otra manera, están  las cabezas de los Santos Mártires S. Emeterio y S. Celedonio, patronos de la Diócesis y de la ciudad de Santander 




Yo me encargué de mirar en Internet los sitios más bonitos y turísticos de la ciudad. Fuimos a todos los sitios con información bajada de la red.  



 Mercadillo de Santander.





 Barrio de los Pescadores.
 Este barrio está tal cual. Es el casco antiguo de la ciudad.

 Comimos en el Barrio de los Pescadores, y la verdad, se come de maravilla.
Para abrir boca unas sardinillas asadas que estaban para chuparse los dedos.
De paso iban limpiando nuestras arterias para que el colesterol de la mariscada no nos hiciera daño ne las arterias y venas :-)
Fue lo que comimos, las sardinas y la mariscada con una botella de sidra natural.
 Tardamos en comer dos horas y media.
La Mariscada era enorme y ya nos dijeron que tranquilos, que lo comiéramos despacio.
Las sardinas y la mariscada dije que lo hicieran sin nada de sal. Así fue, me lo hicieron como les dije y estaba delicioso todo.
Ya estoy ahorrando en la cesta de la compra, yendo de un mercado a otro para ver precios y comprar más económico teniendo en cuenta también la calidad.
Así que como no trabajo me tiro casi todo el día en la calle paseándome los precios.
Bueno, he de decir que una hora estoy en un taller de Escritura o Taller de Lengua Castellana que he comenzado recientemente en un centro de enseñanza para adultos. Pero ahora camino más que nunca.
 Chiriguitos o restaurante en el Barrio de los Pescadores.
 Puerto de Santander

 Los niños se bañaban. A mí la verdad me daba miedo de mirarlos. Pero ellos no tienen ningún miedo.







 Este chiquillo quería tirarse de espaldas y dar la voltereta, pude convencerlo de que estaba muy baja  mar.
Le dije que se podía romper el cuello y al final no se tiró con le salto mortal que decía.

Seguro que sus pobres madres piensan que están tranquilos jugando o paseando, pero son un peligro en toda regla.
Además el agua está sucisima de grasa de los barcos para cogerse una infección.

 Se respiraba mucha tranquilidad y mucha belleza en el ambiente. Olía a salado.
 Mi compañero contemplando las barcas.

 Aquí, en la cueva fue donde nos comimos las sardinas que nos regaló la casa, y la mariscada para dos

Y con estas fotos se termina la visita a Santander.
Estuvimos todo el día caminando para conocerlo. Fuimos en bus y así  nos recorrimos desde la estación  recorrimos el centro hasta el barrio de los pescadores. Pero dimos muchassssssss vueltassss
Cada día caminabamos aproximadamente entre unos 6 o 8 kilometros- Y con estas fotos termina la visita por Santander.